Disfruta del Río de Janeiro menos conocido

01/11/2022

A la hora de planificar un viaje nos paramos a buscar información turística sobre el destino, cómo llegar, costumbres, cultura… Y si hablamos de Río de Janeiro corremos el riesgo de caer en topicazos. Río es samba, es Copacabana e Ipanema, es el Cristo Redentor, es fútbol. ¿Pero sabes que hay mucho más? Río tiene lugares mágicos que muchas veces se dejan de visitar por desconocimiento. Hoy queremos abrirte los ojos y que disfrutes de un Río de Janeiro menos conocido. Un Río de Janeiro diferente, más allá de sus atractivos turísticos que, por supuesto, debes conocer también.

 

Barrio de Lapa

Dicen que es el mejor lugar para vivir la cultura carioca hoy día. Barrio bohemio de la ciudad y el mejor lugar para ver la diversidad que engloba Río. Allí verás personas con un interés común: el arte, que se respira en todos los rincones de este barrio. Aunque no siempre fue así. Cuando nació, se caracterizaba por ser un barrio burgués en el que vivía lo mejor de la sociedad de Río. De hecho todavía pueden verse edificios que quedan en pie como recuerdo de lo que fue.

A principios del siglo XX empezó la transformación con la apertura de locales de ocio, cabarets, cines e incluso teatros. Sin darse cuenta, estaba comenzando la noche carioca: cerveza bien fría y espectáculos hasta el amanecer. Pero esto no duró mucho; la decadencia llegó por decisiones políticas y se quedó durante unos años. No es hasta casi nuestros días, por los años 80, cuando el barrio de Lapa recupera su esplendor de una forma curiosa. Con la llegada del Circo Voador, un local de espectáculos (no un circo como tal), el barrio de Lapa fue recuperando su espíritu nocturno, su carácter bohemio y su aire cultural por todas sus esquinas. Sin duda, un buen lugar para descubrir el Río de Janeiro menos conocido.

 

Playa de Arpoador

Literalmente, entre Ipanema y Copacabana, esta pequeña playa te ofrece una de las mejores puestas del sol del mundo y unas vistas inolvidables, por las rocas que la rodean y su mar bravo. Hace años dicen que era posible ver ballenas acercándose a su orilla. Ahora ya no se ven, pero a cambio sí verás una playa con sufristas gracias a su oleaje perfecto, pescadores locales y, claro, turistas que se acercan al caer la tarde para ver la puesta de sol. Un regalo de la naturaleza que te arrepentirás si no te acercas a ver.

 

La cuna del Frescobol

¿Sabes qué es el Frescobol? Es el deporte de playa por excelencia que en Río de Janeiro está plenamente consolidado. Unas palas y una pelota, no necesitas más. Se trata de pasar la pelota a tu compañero con la pala y que la bola esté el mayor tiempo posible en el aire, sin que toque la arena. En realidad es un juego de equipo, no de rivales.

Se dice que nació allá por 1940 cuando el dueño de una fábrica de muebles utilizó los restos de madera para hacer raquetas. Durante un tiempo este deporte estuvo prohibido en Copacabana, así que sus jugadores se fueron a otras playas a seguir disfrutando del juego. Es tal su importancia en el país, que cuenta con su propia efeméride: el 10 de julio. Aquí puedes ver un ejemplo.

 

Real Gabinete Portugues da Leitura

Seguro que has oído hablar de la Biblioteca Nacional de Brasil, en pleno centro histórico de Río de Janeiro y uno de los mayores símbolos de progreso y cultura del país. Pero además de esta imponente Biblioteca, te sugerimos conocer la Real Sala de Lectura Portuguesa, otra cara del Río de Janeiro menos conocido.

Empezó como una biblioteca privada creada por unos refugiados políticos portugueses para mantener y fomentar la cultura portuguesa. Su fundación fue en 1837, pero no fue hasta 50 años después cuando se construyó el edificio definitivo. Al visitarlo, tendrás la impresión de haber entrado en un cuento, en una película de Harry Potter, en un mundo mágico. Te rodearás de más de 350 000 ejemplares, algunos de ellos únicos en el mundo, y por un momento escaparás del bullicio de Río para refugiarte entre libros y detalles arquitectónicos que te dejarán sin palabras.

 

Un tentempié playero

Cuando estés en alguna playa de Río de Janeiro, verás pasar vendedores ambulantes con distintos alimentos y bebidas. Acércate, conocerás el alimento carioca por excelencia. Estamos hablando de las galletas «O Globo» y el té mate. Algo muy sencillo pero que está tan extendido entre los habitantes y turistas, que hasta se decretó en 2012 que fuesen patrimonio cultural de la ciudad.

Se trata de una galleta salada con forma de anillo hecha de almidón de mandioca, que también encontrarás en tiendas de la ciudad incluso con su versión dulce, y un té de yerba mate helado. Nada más y nada menos. Un símbolo de la ciudad que te recomendamos probar para empaparte más aún de la cultura y gastronomía carioca.

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Imágenes | isitsharp ; marcelhozawa ; dabldy

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