La relajación en la preadolescencia y adolescencia

03/10/2019

Una vez planteadas diferentes terapias para ayudar a relajar a nuestros peques cuando sufren miedo a volar, pasamos ya a edades que comprenden cierta independencia y una total autonomía. Por ello, los ejercicios deben ir en función de las preferecias de los niños. Siempre se recomienda un apoyo de un adulto para guiarlo y apoyarlo.

Preadolescencia (10 a 12 años)

A estas edades las técnicas de relajación preferidas por los niños ya están muy bien definidas si se han trabajado con anterioridad y aconsejamos utilizar las de su preferencia. En el caso de empezarlas a trabajar ahora, es necesario probar un poco con todas ellas para averiguar la que se adapta mejor al niño. El orden puede ser: Progresiva, Autógena, Pasiva y Respuesta Relajación. Puede utilizarse también una mezcla de ellas. El objetivo en esta fase debe ser que sea capaz de aplicar en su vida cotidiana los recursos que le hemos ido enseñando para que, ante situaciones de conflicto o estrés, genere respuestas de relajación. Si se han trabajado correctamente, estas estrategias se van interiorizando y se convierten en procesos casi automáticos.

Adolescencia (13 a 17 años)

Al llegar esta etapa, el joven, ya debería tener adquiridos los recursos necesarios para manejar la relajación. En caso de no haberse iniciado en su práctica puede ser ahora el momento. Como en la etapa anterior deberemos efectuar una pequeña prueba con las diferentes técnicas para encontrar la que mejor se ajuste a sus características (Progresiva, Autógena, Pasiva y Respuesta Relajación). Es importante que el joven tome parte más activa y que sea capaz de practicar él solo, experimentando cuál de ellas le resulta más cómoda y eficaz. Igualmente, debe aprovechar cualquier situación cotidiana para practicar los recursos de afrontamiento.

Foto | momopeche

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