Alicante, traspasada de Mediterráneo

21/11/2013

AlicanteLa luz, el olor a salitre, el reflejo del sol en las olas, la eterna sensación de vivir en verano… Todo eso es Alicante, pero hay alguien, el escritor Gabriel Miró, que lo resumió mejor: “Vive traspasada de Mediterráneo”. Y lo notamos nada más poner el pie en esta ciudad marinera. Comprobémoslo en la mítica Playa del Postiguet, donde nos podemos dar un baño sea la hora que sea sin temor al frío. Salimos de la arena y ya estamos en la Explanada de España, una de las imágenes más icónicas de Alicante, con sus palmeras y sus más de 6 millones de teselas tricolores que imitan olas. A un lado el mar y al otro, edificios como la Casa Carbonell, de corte burgués, con sus características torres.

No hace falta mirar hacia arriba porque su presencia nos sigue. Es el Castillo de Santa Bárbara, encaramado en lo alto del monte Benacantil. Podemos subir a pie o en el ascensor que se ubica en El Postiguet. Desde arriba se obtienen unas vistas espectaculares de Alicante y su querido Mediterráneo. Hora de bajar. Lo mejor es hacerlo por el Barrio de Santa Cruz, junto a la muralla que baja del castillo, y meternos por los callejones y sorprendernos con la ermita del siglo XVIII. El casco histórico, también llamado el barrio, está siempre a reventar. Dé una vuelta por la calle Labradores y admire sus palacetes dieciochescos. También tendrá que echar un ojo a la Concatedral de San Nicolás, la Calle Mayor y las plazas Gabriel Miró, la del Ayuntamiento y la Nueva.

Parece mentira, pero ya echamos de menos el mar. Eso tiene fácil solución: dirijámonos al puerto, con su bosque de yates y veleros. O tomemos un barco a la Isla de Tabarca (salen desde el Paseo Marítimo, frente a la Plaza Canalejas). Tabarca se sitúa a una hora de travesía, a la altura del Cabo de Santa Pola, y allí viven actualmente menos de 100 personas. Nos maravillará el pueblecito de piedra y sus casas encaladas, a la vez que sus datileras, sus calitas escondidas y sus fondos marinos perfectos para los que deseen bucear. Si decidimos quedarnos en Alicante, que sepamos que existe otra playa, mucho más grande que El Postiguet, llamada San Juan, donde podemos practicar deportes como el kayak. No hay que parar para que no nos dé el bajón. Una ducha y de nuevo a la calle. Por el centro abundan los bares de tapas pero también tiene su punto cenar frente al mar en alguno de los restaurantes de Marina, en la parte este del puerto, o en Panoramix, en la parte oeste. Sea cual sea la opción, en ambos lugares tenemos pubs para continuar la noche con un gin tonic frente al Mediterráneo.

Datos útiles:

  • Alicante tiene unos 335.000 habitantes.
  • El clima de la ciudad es auténticamente mediterráneo, con temperaturas suaves durante todo el año, veranos menos calurosos que en el interior y escasas lluvias en invierno.
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Foto |  comunitatvalenciana

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