Milán es un destino de turismo creativo que sorprende. Si lo que esperas es aterrizar en una ciudad del norte de Italia, industrial, fría y gris, te equivocas. Y mucho. Milán es sexy y es moda. Son galerías de arte y gusto (del bueno) por doquier. Milán es colorido, es energía, es ebullición… Sin más preámbulos, pongamos las cartas sobre la mesa: Milán es pura creatividad.
Y así ha sido desde el periodo medieval, cuando un tal Da Vinci (¿te suena?) pintó “La Última Cena”, famoso mural que se esconde, tímido, en la pared de la Basilica di Santa Maria Delle Grazie. Un ejemplo de que para ver los tesoros de Milán hay que saber mirar, además de un milagro, ya que en agosto de 1943 una bomba destruyó buena parte de la iglesia, quedando intacta justo la pared de madera que cubría el fresco de Leonardo. ¡Sabio destino!
En Milán te salen museos por todas partes. Para echar una mirada a la historia pasada, la galería más famosa de la ciudad, la que todos deberíamos añadir a nuestro currículum viajero, es la Pinacoteca de Brera (Vía Brera, 28). Un espacio cargado de obras maestras en el que zambullirse hasta empaparse de las mayores colecciones de pintura de Italia. Lo envuelve el imponente Palazzo di Brera (siglo XVII), puro barroco y corazón del barrio del mismo nombre, donde entre locales concurridos se escucha el latido de artistas y poetas.
Si lo que te pone es el arte contemporáneo, entonces la pregunta obligada para ti es: ¿qué tal andas de cervicales? Porque desde ya prepárate a dirigir la vista al cielo y deslumbrarte con eso que, cual revolución, ha transformado la vida de los milaneses: los rascacielos. Dirige tus pasos al Corso Como, una elegante y peatonal calle comercial salpicada de locales de cuidado diseño donde cenar o tomar una copa, como el 10 Corso Como. Al final del Corso, recorre la vía Vincenzo Capelli hasta desembocar en el impresionante complejo de las residencias Puorta Nuova, que ocupan la Piazza Gae Aulenti (merece la pena entrar en la tienda RED -read/eat/dream- una animada mezcla entre librería y cafetería). Ahí están plantadas las raíces del Rascacielos de Unicredit, ejemplo de cómo la arquitectura de comienzos del siglo XX ha hecho de Milán una ciudad moderna y funcional. Otras visitas imprescindibles para los hambrientos de creatividad son: la Galleria d´Arte Moderna (GAM, Via Palestro 16), que reserva al visitante el placer de admirar los delicados interiores de la esplendida Villa Reale; el siempre cambiante Triennale Design Museum (Viale Alemagna 6), primer museo del diseño italiano y único en su género en el país o, bajo un concepto más alternativo, la Fabbrica del Vapore (Via Procaccini 4), una ex fábrica de locomotoras y tranvías reconvertida en taller de la creatividad, un espacio con un toque industrial y un exuberante calendario de exposiciones. ¡Ah! Y no te pierdas el nuevo edificio de la Università Commerciale Luigi Bocconi, ganador del “World Building of the Year Award”.
Volviendo a los barrios de moda y con encanto de Milán, en este punto hay sí o sí que hacer referencia a Navigli. Sabrás que los milaneses y milanesas tienen fama de ser muy atractivos. Pues bien, te contamos un secreto a voces: la vida nocturna de toda esa gente guapa se localiza en zonas como las calles alrededor de la Galería Brera y el barrio cool de Navigli. Te recomendamos que explores este último y que lo hagas a cualquier hora del día. El área goza de un encanto especial gracias a sus canales (sí, en Milán también tienen canales) mientras que de noche, la zona bulle de actividad, con un surtido inagotable de bares y restaurantes de modernos y gente tendenciosa que no tiene desperdicio. Súbete en la línea 2 del metro hasta la estación de Porta Genova y… ¡a sondear!
No es de extrañar, pues, que Milán haya aceptado el desafío de preparar la Exposición Universal 2015. Ve tomando nota en tu calendario viajero, reserva tus vuelos y déjate rodear por la elegancia de la segunda ciudad de Italia por población. Palacios, iglesias, compras y diversión son la moneda de cambio, ¿trato hecho?
Si tienes ganas de leer más, descúbrelo como destino de cine.
Foto | Viajes de Marita