Hemingway y Pamplona

07/07/2014

SanFermínHay lugares que quedan emparentados con una persona para siempre; así le sucede a Pamplona. Pamplona y Hemingway, o Hemingway y Pamplona, porque en este tipo de relaciones se hace buena aquella expresión de tanto monta, monta tanto. ¿Cuánto le debe la ciudad al autor? Y a la inversa: ¿cuánto el autor a la ciudad? Difícil distinguir.

Hemingway y Pamplona están unidos desde que el autor escribiera “Fiesta” (The Sun Also Rises), la novela  publicada en 1926 y en la que se basó en sus visitas a Pamplona en 1923 y 1924 durante los Sanfermines. Desde entonces la fama de esta festividad no ha dejado de crecer, y con ella la de Pamplona, y no son pocos los norteamericanos que han visitado, y siguen haciéndolo, la ciudad durante los festejos.

Los Sanfermines son una fiesta popular que se celebra, desde el 7 de julio al 14, en honor a San Fermín, el decapitado santo que es el patrón de Navarra, y que se basa, en gran medida, en el mundo de los toros. Por ello, precisamente, las corridas y los encierros son las actividades principales de la fiesta.

En la novela, el periodista Jake Barnes narra la experiencia de un grupo de norteamericanos durante esos días de fiesta popular en Pamplona. No hay que olvidar la impresión que lo relatado en “Fiesta” causó en una época en que los sanfermines no eran universales como lo son hoy en día.

Pero si no te quieres quedar en la barrera del lector, y vas a visitar Pamplona, ya sea en San Fermín o no, que Pamplona también existe sin ellos, mejor será que conozcas el recorrido típico de los encierros. Empieza en la Cuesta de Santo Domingo, justo en el límite con el casco antiguo de la ciudad, al lado del Camino de Ronda. Aquí es donde se entona el famoso cántico:

“A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el Encierro, dándonos su bendición”.

El inicio oficial del Sanfermín se produce en la Plaza del Ayuntamiento, que es de donde sale el chupinazo, el cohete pirotécnico que enciende las ganas de diversión y de fiesta desde el balcón del Ayuntamiento.

Si a lo que vas es a correr el encierro, quizás debas saber que en Mercaderes se encuentra el tramo menos peligroso. Pero conforme los adoquines te acercan a Calle Estafeta, el encierro se vuelve más peligroso. Buen momento para dejar la carrera a los más veteranos e irte de pinchos. Estafeta tiene mucha oferta, y de noche siempre hay ambiente.

Así que aquí mejor dejar la carrera para los corredores más veteranos que seguirán por el tramo conocido como de Telefónica hasta el callejón que desemboca en la Plaza de toros. Y mientras, entre pincho y pincho, podrás ir ensayando aquello de «pobre de mí, pobre de mi, que se han acabado las fiestas de San Fermín» que es la canción de despedida de estos días que Hemingway dejó en el recuerdo para siempre en “Fiesta”.

Foto | jaronson

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