La fascinante arquitectura de Brasilia

21/10/2015

Qué visitar en Brasilia

Tanto si hemos volado con Iberia a Rio de Janeiro o a Sao Paulo, una hora y media de avión es lo que nos separa de la que podría ser la siguiente parada en nuestra ruta de viaje por Brasil. Al fin y al cabo, ya que damos el salto, lo suyo es abrir senda por tan sugestivo país, ¿no?

Brasilia es el ombligo de un gigante. En el centro de este enorme y atractivo país de América del Sur nos espera su capital federal. Los amantes del arte y la cultura más vanguardistas se sorprenderán al descubrir los muchos motivos de Brasilia para atrapar en su red al viajero con espíritu creativo. La ciudad más joven de Brasil posee un clima estable, con enero como su mes más caluroso y julio, como el más fresquito. Algo más barata que sus vecinas Sao Paulo y Río de Janeiro, y bien desarrollada, cuenta con alojamientos para todos los gustos y bolsillos.

Por ser la patria que vio nacer a Oscar Niemeyer, lo que procede es empezar por conocer y visitar el legado de este genio atrapado en un cuerpo de arquitecto. Si mantenemos los ojos bien abiertos, veremos que en Brasilia todo es a lo grande. Y para edificios colosales, de esos que descubres por casualidad y en seguida quieres conocer, la Catedral de Brasilia es un gran ejemplo, quizá el mejor.

(Es aquí donde abrimos un pequeño paréntesis para empaparnos de una gran historia: la de Juscelino Kubitschek de Oliveira, quien fuera Presidente de Brasil entre los años 1956 a 1961 y de cómo se empeñó en trasladar la capital a una ciudad que se convirtiera en referente del desatendido centro y noreste del país. Juscelino, al no encontrar la urbe que buscaba, resolvió ordenar construirla… y así fue como nació Brasilia. La magia de este rincón creativo del mundo radica en su urbanismo, originado por un sueño y crecido como pura entelequia. El prestidigitador encargado de dar forma a esta quimera no fue otro que Oscar Ribeiro de Almeida Niemeyer Soares Filho).

En Brasilia, la obra de Niemeyer es omnipresente. La Catedral Metropolitana Nossa Senhora Aparecida (Esplanada dos Ministérios, lote 12) es uno de los tantos edificios públicos proyectados por su hijo pródigo más creativo. Tras once años de arduo trabajo, el resultado fue y sigue siendo una joya de la arquitectura futurista, una gema simplemente magnifica.

El reconocido pupilo de Le Corbusier parió una carcasa formidable, con 16 aristas que parecen arreplegarse para juntas, arañar el cielo. Sus tripas, capaces de arropar a 4000 fieles, se hallan al cobijo de un techo de hermosas vidrieras que, con sus tonos blancos, azules y tierra, cubren el cielo de mareas que se expanden hasta el infinito, empujadas por ángeles que cuelgan de la nada.

La Catedral de Brasilia es pura belleza, ¡todo un espectáculo! Pero continuemos nuestra senda, pues existe una exuberante vida arquitectónica más allá de la Catedral de Brasilia. La oficina del Presidente (el Palacio de Planalto, en la Praça dos Três Poderes) es un exquisito ejemplo, al igual que su casa, el Palácio da Alvorada (via Palácio Presidencial). Niemeyer fue el autor de una larga lista de edificios residenciales, comerciales y administrativos en Brasilia: el Congreso Nacional, el Palacio de Itamaraty -también conocido como Palacio de los Arcos- flamante sede del Ministerio de Asuntos Exteriores (ambos situados en la fastuosa e imprescindible Esplanada dos Ministérios), etcétera, etcétera, etcétera.

Nuestro frenesí arquitectónico y creativo toca a su fin. Todo lo bueno se acaba y es momento de regresar a Rio de Janeiro para el vuelo de vuelta con nuestros amigos de Iberia. Si aun queremos deleitarnos con un último bocado de esa arquitectura que tan bien nos sabe, en la localidad de Pedro del Río podremos visitar la Casa Niemeyer, proyecto de enorme prestigio que revolucionó la arquitectura brasileña en la década de los 60.

¿A que nos morimos de ganas de organizar un gran viaje a Brasil?

Foto: Leandro Neumann Ciuffo

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