Sesión de cine en Tánger

08/02/2017

Cine

En 1938 veía la luz en pleno Gran Zoco de Tánger el cine Rif. En 2005 cerraba sus puertas. Y en 2007 se reconvertía y reabría sus puertas bajo un concepto nuevo: el de una cinemateca. Bueno, La Cinemateca de Tánger. Esta reapertura fue llevada a cabo por un grupo de artistas, jóvenes y llenos de ganas de resucitar el gusto por el cine en su ciudad.

¿En qué se diferencia un cine al uso de esta Cinemateca? Pues que sus actividades van mucho más allá de la mera proyección de cintas. Aquí, además de la proyección usual de películas, se coleccionan archivos de filmes amateur, se guardan carteles de películas, se llevan a cabo ciclos de cine especializado -por ejemplo, ciclos de cine oriental-, se organizan sesiones de cine para los chicos de barrio y un largo etcétera. Por supuesto, puntualicemos además que, esa proyección usual de películas destaca porque muchas son películas de autor, cintas en versión original… cine más bien poco comercial que no tendría cabida en ninguna otra sala de la ciudad.

En resumidas cuentas, este grupo de jóvenes artistas ha conseguido que su proyecto se convierta en el motor cultural de Tánger. No hay duda de ello. Sin embargo, esto no es suficiente. No al menos para conservar todo ese material que día tras día les llega a la Cinemateca.

Y es que ahora son muchas las personas que recurren a la Cinemateca para recuperar sus antiguas cintas. Aquí llegan personas con sus grabaciones en Super 8 o en 35 -o 16, o 8- milímetros dispuestas a ver de nuevo sus grabaciones e incluso a recuperarlas. La Cinemateca les brinda la oportunidad de convertir sus recuerdos a DVD o de guardarlos en un USB de tal manera que los puedan seguir conservando y disfrutando. A cambio, el archivo de la Cinemateca se queda con las grabaciones originales y así, va creando una especie de depósito que en realidad funciona como una memoria a largo plazo. Pero, como decíamos esto no es suficiente. ¿Por qué? Pues porque en este proceso existe un gran pero. Y ese pero es el que atañe a la conservación de todas estas grabaciones. Su antigüedad las convierte en difíciles de conservar. Necesitan unas condiciones óptimas para que el material no se vea dañado: no más de 25ºC  y una humedad relativa que oscile entre un 45 y un 55 %. Desgraciadamente las instalaciones de la Cinemateca no cuentan ahora mismo con un lugar habilitado que goce de estas condiciones.

Son muchas las iniciativas que ya se están llevando a cabo para que el asunto termine en buen puerto. Necesitan recaudar más dinero para conseguirlo. Ojalá y lo hagan. Sería una lástima que La Cinemateca de Tánger cayera en el olvido.

Foto | Sam Whitfield

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