Bérgamo, la sorpresa medieval

24/10/2017

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Para muchos viajeros, Bérgamo apareció en el mapa cuando  las aerolíneas se fijaron en su aeropuerto como lugar de llegada alternativo y cercano a la ciudad de Milán. Aprovechando las circunstancias, algunos decidían dedicar medio día a ver qué tenía esta ciudad, descubriendo, para su sorpresa, que les esperaba una preciosa urbe medieval de contorno amurallado.

Hoy día, Bérgamo ya se presenta con fuerza como un lugar con suficiente entidad como para dedicarle una visita exclusiva. Y es que la pequeña ciudad de Bérgamo esconde, a la sombra de su vecina Milán, muchos secretos ocultos en su ciudad alta y su ciudad baja, las dos partes en las que se divide.

La ciudad alta es el casco histórico bergamasco. Se trata de una ciudad medieval construida en el siglo XVI y una de las pocas localidades italianas rodeadas totalmente  por una muralla. Las partes más importantes de esta zona de la ciudad se encuentran en torno a la Piazza Vecchia: destacan el Campanone o Torre Civica, cuyas campanas tañen 100 veces cada noche a las 10; el Palazzo della Ragione y la fuente Contarini. Detrás del Palacio se yerguen la catedral de San Alejandro y la basílica de Santa María la Mayor, fundada en 1137 sobre otra antigua iglesia del siglo VIII.

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Pequeña y laberíntica, una de las mejores experiencias que se pueden disfrutar en Bérgamo es pasear por sus calles de adoquines, sentir ese sonido de piedra añeja de las ciudades que guardan siglos de historia, caminar por sus decenas de cuestas que la abordan por varios flancos distintos y descubrir los pequeños regalos visuales que tienen las ciudades de Italia, como una Vespa perdida entre callejuelas que evoca a las Vacaciones en Roma de Hepburn y Peck.

Situada junto a los prealpes bergamascos, la ciudad medieval, permite desde sus alturas, disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad baja con el relieve montañoso de fondo.  Esta, aunque más moderna y menos vistosa que su vieja compañera,  se presenta como un lugar donde se respira un aire alternativo. Por sus paredes se pueden ver numerosas formas de arte urbano que recuerdan al festival de artistas callejeros que  invade cada año, desde 2012, las calles de Bérgamo.

Ya sea de paso, con objetivo Milán o la zona de lagos del norte de Italia, ya sea por verla a ella, merece la pena dedicarle un día o dos a Bérgamo, una de las ciudades más auténticas de Italia que he tenido la suerte de encontrarme durante mis viajes.

Imágenes | ©Dani Keral