Recuerdos que laten: la historia de Mª José

01/12/2011

Como viene siendo habitual últimamente, nos retáis con vuestras buenas propuestas e historias y es siempre complicado decidir. La elección de «Recuerdos que laten» no nos ha sorprendido y ha sido, una vez más, complicada. Muchas historias cruzadas de argentinos que son españoles y españoles que son argentinos que nos hubiera gustado vivir con vosotros y mostraros, pero solo una posibilidad para convertirla en real. Tras una dura selección, nos encontramos con la historia de Mª José, que nos emocionó por el cruce real de caminos entre ella y su padre.

Hace 12 años que Mª José se fue de su casa siguiendo, de manera inversa, el camino que había realizado su padre hacía ya más de 50 años. Su padre salió de Galicia con 22 años y fue a conquistar Buenos Aires. María José salía de Buenos Aires tan solo con 2 años más, 24, para comprobar que las historias que desde pequeña había escuchado a su padre eran verdad, y eran tan mágicas como había imaginado. Tras once años en España, han sido muy pocas las veces en las que padre e hija han podido reencontrarse. 

Mª José nos contaba que aquí ha tenido amor y alegría, pero también mucha melancolía, haciéndose fuerte y frágil al mismo tiempo. «Me perdí muchos años de mis padres, de mis amigos y de los hijos que fueron naciendo y los amigos que nos fueron dejando, pero esta aventura mía que empezó hace ya tanto, es lo mejor que me pasó«.

Y por si no fuera poco, la historia de Mª José, que conectaba América del Sur con España, se completó hace un año a través de otro viaje, a África. De Sudáfrica trajo una historia de amor que pronto se convertirá en matrimonio, y ella misma dice «ahora el corazón lo tengo dividido en tres partes, una por supuesto en Buenos Aires, la otra en Ciudad del Cabo, y la otra, conmigo en Madrid«. Su padre dice que «cuando uno se va, ya no vuelve a ser nunca el mismo«. Y creemos que tiene algo de razón.

«Si pudiese cerrar los ojos y pedir un deseo, sería abrirlos de nuevo y estar en Buenos Aires, o abrirlos y tener a mis padres frente a mí«. Muy pronto os lo contaremos. Como sabéis, hemos puesto el corazón en este reencuentro y esperamos que os guste y disfrutéis tanto como nosotros.

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