Paseo histórico por San Petersburgo

16/10/2014

sant petersburgoRecorrer las ciudades es hacerlo también por la historia de un país. Así, pasear con los ojos bien abiertos por San Petersburgo, la ciudad que fue un sueño para el zar Pedro el Grande, antigua capital del Imperio Ruso y ventana hacia Europa en la época, es conocer la historia rusa. El nombre de la propia ciudad ya nos da algunas pistas: nació como San Petersburgo, pasó a llamarse Petrogrado en honor a su fundador, posteriormente se la conoció como Leningrado en referencia al dirigente comunista y, finalmente, con la disolución de la Unión Soviética, ha recuperado su nombre original. Tres etapas en la vida de la ciudad y en las crónicas del país.

Vayamos pues a dar un paseo por la historia rusa a través de cinco lugares de San Petersburgo. Tomad fuerzas porque nos va a llevar desde el 16 de mayo de 1703 hasta la actualidad. Nada más y nada menos que un paseo de cuatro siglos.

  • Los orígenes de San Petersburgo

Cuando Pedro el Grande decidió fundar la ciudad eligió, de entre las pequeñas islas del delta del río Neva, la Isla de Zayachy. Al zar nunca le gustó Moscú y por eso soñaba con fundar una nueva capital que aportara aires nuevos al modo de lo que había visto en sus sucesivos viajes por Europa. Pues bien, en esta pequeña isla cuya silueta es fácilmente reconocible desde la otra ribera del río Neva, justo en la avenida que da a la fachada posterior del Palacio de Invierno donde se encuentra el Ermitage, se colocó la primera piedra de San Petersburgo para construir una fortaleza que protegiera a la futura ciudad.

La Fortaleza de Pedro y Pablo es el monumento más antiguo de San Petersburgo y en él destaca la catedral de San Pedro y San Pablo con su característica aguja, el campanario (en las iglesias ortodoxas acostumbran a estar separados del cuerpo de la propia iglesia) y el baluarte Trubestskoi, desde el cual hay unas bonitas vistas a la ciudad. A través del recinto de la fortaleza se anda por unas zonas ajardinadas y se pueden visitar los diferentes monumentos que hay. No olvidar frotar el dedo índice de la mano derecha de la estatua de Pedro el Grande. Dicen que trae suerte y tampoco cuesta nada, a no ser que uno tema ser reconocido como supersticioso :-P.

  • La época de los zares en San Petersburgo

Si San Petersburgo nació con voluntad de ser capital del Imperio Ruso era necesario un lugar idóneo para los zares y estaba claro que el aire militar de la Fortaleza de Pedro y Pablo no era lo adecuado. Desde 1732 y hasta 1917, el Palacio de Invierno cumplió con el desempeño de ser la residencia oficial de los zares.

HermitageEl monumental palacio, su fachada barroca de peculiar color verde tiene 150 metros de longitud y alcanza una altura de hasta 30 metros, responde al modo ostentoso de los zares rusos. El palacio con forma rectangular se puede admirar con todo su esplendor desde la no menos monumental Plaza del Palacio. No hay que olvidar que el Palacio de Invierno es sede del Museo del Hermitage, una de las mayores pinacotecas del mundo y que por sí sólo es argumento para visitar San Petersburgo.

  • La Revolución bolchevique

Nada es para siempre, y menos lo iba a ser la época de los zares, brutal para la población en beneficio siempre de un bienestar casi divino de la corte. La noche del 25 de octubre de 1917 un crucero de guerra navegó por el río Neva hasta que tuvo a tiro la fachada posterior del Palacio de Invierno, donde se refugiaban algunos defensores del zar. Este crucero era el Crucero Aurora y sus cañones acabaron con el orden establecido.

Hoy se puede contemplar su silueta con las tres enormes chimeneas en el río, en Bolshaya Nevka y se puede acceder a él. Restaurado, se ha convertido en un pequeño museo de la propaganda comunista.

  • El sitio a Leningrado

Uno de los episodios más sangrientos y terroríficos de la ciudad tuvo lugar durante 29 meses, desde 1941 a 1944, es el episodio conocido como el sitio a Leningrado que ha sido recreado numerosas veces por parte del cine bélico. Durante la Segunda Guerra Mundial el ejército alemán sitió a la ciudad con la intención de dejar morir de hambre a todos sus habitantes; por su parte los soviéticos no sólo se contentaron con defender la ciudad sino que el ejército la había poblado de explosivos por si la ciudad caía hacerla volar por los aires con el enemigo y, sí, también con toda la gente que vivía, que por entonces era de más de tres millones.

La ciudad resistió el envite pagando numerosas muertes de seres inocentes. Le quedó el consuelo de ser nombrada ciudad heroica por parte de las autoridades soviéticas.

stalingrado4Hoy en día queda el Monumento a los heroicos defensores de Leningrado como recuerdo de tanto sufrimiento, en la Plaza de aire soviético de Pobedy; a solo nueve kilómetros de donde estaba el frente se alza un obelisco de 48 metros y un anillo de bronce con diversas estatuas de bronce que representan escenas del asedio.

  • La época actual

Tras la disolución de la Unión Soviética, el país entró en un proceso de privatizaciones de empresas públicas y se desarrolló un mercado y una economía liberal y exagerada que a enriquecido a unos pocos.

Tal situación de riqueza se desarrolla en la Avenida Nevsky que parte desde el mismo centro histórico de la ciudad hasta más allá el Río Fontanaka. La avenida es un escaparate de la bonanza económica que disfrutan unos pocos; a banda y banda se suceden cafés, restaurantes y tiendas de ropa, joyas y otros objetos de lujo y por los carriles circulan vehículos deportivos de alta gama. Quizá uno de los espacios más representativos de todo este lujo sea el histórico Café Eliseevski, una joya del modernismo, y que hoy es una tienda gourmet.

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