La fascinante Isla de Pascua, donde Chile es leyenda

15/09/2015

Isla-pascuaHoy os queremos contar una historia: la de por qué todos quieren viajar a la Isla de Pascua.

¿No es demasiado caro? ¿Acaso no supone un lujo excesivo? Quizá, en algún punto de esta historia, el protagonista se plantee la conveniencia o viabilidad de dar el salto y salvar las cinco horas por aire que separan la Isla de Pascua de Santiago de Chile. Como todo es relativo y al final es una cuestión de  prioridades, lo que sí es innegable es que en esta vida existen pocos viajes tan especiales. Sin duda, aquellos viajeros de espíritu aventurero y deseosos de aprovechar las oportunidades de deshilvanar el ovillo de maravillas que este planeta ofrece, lo tendrán clarísimo: volar a Rapa Nui, un lugar del mundo que hay que ver al menos una vez en la vida, no tiene precio.

La Isla de Pascua recompensa con creces al que se adentra en sus entrañas. Es lo que uno espera de un destino remoto…y mucho más. Consigue perdurar en el recuerdo como un lugar pretérito, no exento de magia y singularidad. Vale la pena dedicarle varios días, tantos como uno quiera o pueda, pues a un destino tan especial no se debe nunca ir con prisas.

– ¿Cuatro días? ¿Una semana?- se preguntará el viajero.

La respuesta se halla en los muchos caminos por transitar, que conviene recorrer a fuego lento. El secreto consiste en saborear con calma sus múltiples y singulares rincones y momentos de interés.

Isla-de-PascuaA la Isla de Pascua se puede viajar todo el año. En un lado de la balanza tenemos que la mejor época por mejor clima, disponibilidad y precios es de abril a diciembre. En el otro lado de la balanza, sin embargo, empuja con fuerza el mayor festival de la isla, el Tapati Rapa Nui, que se celebra en febrero y cuyo memorable despliegue de danzas, competiciones entre clanes y amalgama de tradiciones equilibra los argumentos y cae por su propio peso.

Isla de Pascua vive rodeada de misticismo, lo que la convierte en algo así como un lugar en ninguna parte. Una vez en destino, lo bonito es explorar el territorio a pie, en bicicleta o a caballo, como manda la tradición y en auténtica comunión con la naturaleza. El núcleo de población en la Isla de Pascua está en Hanga Roa.

Practicar el turismo responsable y empaparse de la cultura y tradiciones de la isla es un must. Uno debe encontrarse cara a cara con la infinidad de moáis que yacen repartidos por la isla, uno debe sentirse protagonista de su propia película. ¿Acaso no es Rapa Nui un destino de cine? Un amanecer en el yacimiento arqueológico de Ahu (*) Tongariki, al este de la isla, viendo como el sol se alza e ilumina el perfil de 15 solemnes estatuas de piedra, constituye una escena legendaria. También Rano Raraku, conocido como “el semillero”, destaca cual localización perfecta, cual viaje en el tiempo a cuando en las laderas de este cono volcánico se cincelaban los moáis.

Algunos de los mejores recuerdos de un viaje a Isla de Pascua son siempre esos días de unión con la naturaleza, el patrimonio y la contemplación, con actividades como las excursiones a caballo por las impresionantes vistas de la costa norte de la isla. En el apartado de  las caminatas, el trekking de unas horas hasta la aldea ceremonial de Orongo, a un paso de la cima del volcán Rano Kau, aporta una buena dosis de historia, ejercicio y vistas de escándalo. Para retos mayores y largas distancias, la ruta por la península Poike llena todo un día de viaje por la parte menos explorada de la isla.

shutterstock_95954500Isla de Pascua es un cúmulo de sensaciones. ¿Sumergirse en el Pacífico o dejar que los pies sonrían fruto de su refrescante cosquilleo? ¡Esa es la cuestión! En cualquier caso, la misión es siempre disfrutar del mar de Rapa Nui, ya sea en un descenso bajo la superficie de color añil, flotando en el interior de sus aguas y contemplando fondos de una belleza sin igual (submarinismo) o cubriéndose la cara con un libro y descansando a la sombra de las palmeras en playas como la de Anakena, un imprescindible al norte de la isla. La cercana Playa Ovahe, con su peculiar arena rosada, tampoco se queda a la zaga.

Chile es la puerta de entrada a la Isla de Pascua, uno de esos viajes que inspiran. Acaban aquí los renglones de esta historia, donde empiezan los capítulos de quién quiera emprender, en un futuro no muy lejano, su propia e inolvidable aventura en Rapa Nui.

(*)»ahu» es, en idioma Rapa Nui, la plataforma ceremonial donde se situaban los moáis.

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