Chicago, Comanchería y la Ruta 66

18/04/2017

Comanchería

Comanchería (2016).

Para los que la hemos visto, Comanchería (*) es una de esas caras que no se olvidan. Para los que no, deciros que es una de esas cosas que hay que hacer en la vida. Para todos, Hell or high water -tal es su título original- es y será un largometraje con pedigrí nominado a 4 Premios Óscar en 2017, incluyendo el de mejor película. ¿Su trama? Dos hermanos, Tanner (Ben Foster) y Toby Howard (Chris Pine), que se ven obligados a robar el mayor número de bancos de Texas en un breve lapso, en un intento por salvar la granja familiar de las garras de los bancos.

(*) También es nuestra excusa para guiñarle el ojo a Chicago y a los mejores momentos de la Ruta 66.

¿Dónde se filmó?

Aunque Comanchería está ambientada en Texas y Oklahoma, en realidad la película fue filmada en Nuevo México, en donde destaca la aparición de la celebérrima Ruta 66. Esta, que va desde Chicago hasta Santa Mónica, es famosa por cruzar Estados Unidos. Afirmaría, sin temblarme el pulso, que constituye un periplo legendario.

Los lugares de rodaje de Comanchería se encuentran, pues, salpicados por la Ruta 66, tocando sus teclas aquí y allá, siendo las ciudades de Clovis y Portales, en Nuevo México, las notas que más suenan. De hecho, los dos primeros bancos donde tienen lugar los atracos (en teoría los de Archer City y Olney, en Texas) son en realidad localizaciones de Clovis y Portales, separadas ambas por 18 millas de distancia (lo que se traduce en unos 20 minutos sobre cuatro –o dos- ruedas). Véase:

Western Bank, en Clovis (1106 N Main Street). Este es el primer banco que los hermanos Howard roban.

James Polk Stone Community Bank, en Portales (201 S Abilene Ave). Así se llama la entidad bancaria objeto del segundo robo de los protagonistas.

Para los que os animéis a seguir la legendaria ruta por la América más profunda, la inspirada en Comanchería, la del western, deciros que muy cerca del primer banco se encuentra otro de los lugares de Clovis que aparece en la película: el Bill’s Jumbo Burger (2113 N Main St). El restaurante, que abre todos los días de sol a sol, no puede ser más prototípico; desde su llamativa rotulación en rojo y amarillo a sus burritos de desayuno, el local rezuma puro estilo norteamericano.

Seguimos, no obstante no abandonamos Nuevo México. Nos alejamos unas 200 millas de Clovis y Portales para proceder con la ruta y sumar a la lista un nuevo lugar de rodaje de la película. Se trata de otro restaurante, el Blue Ribbon Bar & Grill (315 5th Street), actualmente cerrado, aunque eso no importa. Protagonista es por su exterior, el de un precioso edificio de aspecto sureño, donde los guardas de Comanchería esperan a los ladrones. Lo encontraremos en Estancia, pueblo de unas 1700 almas perteneciente al condado de Torrance que es tierra de rodeos y beisbol. ¿Suena o no suena a rincón típicamente americano?

Finalmente, siguiendo un orden geográfico, alcanzamos Alburquerque. Ahí se rodaron algunas escenas de la película, en concreto en el Casino de la Ruta 66Comanche 66 Casino en la ficción-, en el 14500 de Central Ave SW, cuyos dueños y empleados no dudaron en participar como extras. Y de Alburquerque son también algunos de los paisajes que brillan de fondo en la cinta, como la Sierra de Sandía, casi omnipresente en sus planos. Otra de las maravillas naturales que decoran la película es el Valle Alamogordo, a medio camino entre Clovis y Alburquerque.

Frenemos. Miremos por el retrovisor. Recordemos que Chicago es el punto de partida de la Ruta 66 y, por ende, de nuestra película viajera de hoy. Por otro lado, la frase «come hell or high water» significa algo parecido a “haz lo que tengas que hacer, sin importar las circunstancias”. Por tanto, y teniendo en cuenta que un viajero que no ha emprendido la citada ruta es algo así como un jardín sin flores, diríamos trotamundos que ya sabéis lo que os toca reservar, ¿no?

Y como guinda del pastel, una sorpresa para los que voléis este mes con Iberia: en este momento, Comanchería forma parte del catálogo del entretenimiento a bordo. ¡De nada!

Foto: Vicente Villamón