Una ruta de película al sur de Marrakech

01/11/2017

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Parece mentira que sólo catorce kilómetros separen Europa de un mundo tan diferente. Más allá del estrecho de Gibraltar, atravesando un espacio de mar que es sueño e infierno para muchas vidas, se extiende un país y un continente que se mueve con olores, ritmos y colores diferentes. Marruecos, en el norte de África, sacude sus estambres y saluda con ambas manos a los visitantes que la reciben.

Uno de los destinos más deseados para los viajeros es Marrakech, ciudad de caos y algarabía, pero más allá de esta apasionante urbe se extienden lugares que dejan con la boca abierta para aquél que las descubre: uno de ellos se encuentra al sur, más allá de la barrera del imponente Atlas. Estoy hablando de Ait Ben Haddou y Ouarzazat, las puertas al desierto de Marruecos.

Moverse de Marrakech a estas dos localidades es una aventura en sí misma. Podemos hacerlo a través de una expedición contratada que durará desde primera hora de la mañana hasta última hora de la tarde o, la forma más divertida, conduciendo nuestro propio vehículo. Si elegimos la aventura, nos tendremos que dirigir hacia el sur por la carretera A9, dejando a un lado el desvío hacia el fértil valle del Zat y enfrentándonos a la subida del puerto de Tizi n’Tichka, la verdadera frontera a partir de la cual comenzamos a acercarnos al desierto.

Superado el puerto, unas espectaculares vistas de la meseta predesértica nos anuncian que nos acercamos a un terreno bello pero hostil. Tras tres horas y media de recorrido (que pueden prolongarse un poco más debido al posible tráfico que encontremos en el puerto de montaña) alcanzamos Ait Ben Haddou, la ciudadela de barro (imagen principal).

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Cuando lleguemos a Ben Haddou descubriremos que ya lo conocemos de algo, que nos resulta ligeramente familiar. No es de extrañar, pues en su ksar se han rodado películas como Gladiator, Lawrence de Arabia, Babel o la Momia. El ksar de Ait Ben Haddou es una ciudad fortificada y construida en adobe que forma parte de la lista de los monumentos Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Se divide en dos partes, separadas por un pequeño río: la moderna, donde se localiza la mayoría de la población y la parte antigua, donde viven unas pocas familias. Este ksar es uno de los lugares más especiales de Marruecos, con sus grandes murallas, sus torres y sus callejones, aunque  lo más espectacular son las vistas que se observan desde lo alto de las atalayas.

Tras abandonar Ait Ben Haddou ya solo nos queda un corto trayecto de media hora hasta Ouarzazat, la capital de la provincia homónima. En Ouarzazat, la denominada «Puerta del desierto», destaca la presencia de la Kasbah Taourirt, una de las mejor conservadas de todo Marruecos y también declarada Patrimonio de la Humanidad. Frente a esta se encuentra el Museo del Cine, inaugurado en 2007 que puede ser un buen aperitivo para la visita cinéfila estrella de Ouarzazat, Atlas Studios, los estudios cinematográficos más importantes de Marruecos y los que ocupan una extensión mayor en el mundo. Estos estudios, que se localizan a 5 kilómetros de la ciudad y pueden ser visitados mediante tour guiado, hacen de esta localidad el centro de numerosos eventos relacionados con el cine y la cultura.

Reponer energías con un delicioso tajine de carne y verdura (arriba), tomar un poco de whisky bereber (su té con menta hiper azucarado) y disfrutar de los colores del atardecer sentados en una de las terrazas en los que los marroquís comparten risas e historias es el final perfecto para un día que, perfectamente, podría haber sido el capítulo de una película.

Imágenes | ©Dani Keral