Bruselas: arte en todas sus formas

02/04/2018

Bruselas es famosa por albergar los organismos oficiales de la Unión Europea, el chocolate, las mil clases de buena cerveza, su icónica Grand Place, esa pequeña estatua de un niño a la que llaman Manneken Pis y su extraña afición a combinar mejillones y patatas fritas; sin embargo, pocos son los que saben que Bruselas es el destino perfecto para los amantes del arte en sus más diversas formas.

Si quieres disfrutar del arte en Bruselas, aquí tienes algunos de sus museos más característicos, muy diferentes entre sí:

Los Museos Reales de las Bellas Artes

Nada menos que 20.000 obras de arte se reparten entre los seis museos que componen el grupo más esplendoroso de museos de arte en la capital de Bélgica: Museo de Oldmasters, Museo de Arte Moderno, Museo Wiertz, Museo Meunier, Museo Magritte y el Museo de Fin de Siglo. Como dato práctico, la entrada individual a cada uno (excepto los de Wiertz y Meunier, que son gratis todo el año) cuesta 8€, pudiendo comprar un billete combinado de 13€ para ver todos. El primer miércoles de cada mes son todos de entrada gratuita.

Todos ellos merecen ser visitados de manera individual, pero dos resaltan sobre los demás:

Museo Magritte (Magritte Musée)

Casi todo el mundo coincide en señalar que Bélgica, a pesar de su pequeño tamaño, es un país complejo; de hecho, la mentalidad de los belgas tiene mucho que ver con el surrealismo que representó, durante toda su vida, el artista René Magritte: unas 200 obras del mayor exponente del surrealismo belga a nivel mundial se encuentran expuestas en este museo, que abrió sus puertas en 2009.

Hablamos de un museo interactivo y realmente entretenido. En él podrás ver los puntos comunes de sus obras, esos bombines, paraguas y manzanas verdes característicos del trabajo de Magritte, que incluso aparecerían en el éxito cinematográfico de Pierce Brosnan El Secreto de Thomas Crown; su cuadro El hijo del hombre es uno de los que roba el protagonista.

Es recomendable alquilar la audioguía, pues las conversaciones con el artista, familiares y amigos te ayudarán a entender la vida de Magritte (quien, por otro lado, llevó una vida de lo más “realista” y normal) y el surrealismo en Bélgica.

Museo de Arte Antiguo (Oldmasters Musée)

Conocido antiguamente como Museo Real del Arte Antiguo (Musée Royal d’Art Ancien), fue inaugurado por Napoleón Bonaparte en 1801. Es el museo ideal para conocer la historia de pintores belgas y holandeses. Su espectacular colección agrupa obras pintadas entre el siglo XV y el XIX: de la etapa más temprana tenemos pinturas de Roger Van der Weyden, Petrus Christus, Dirk Bouts, Lucas Cranach y Gerar David, entre otros; del siglo XVI destaca Pieter Bruegel el Viejo y, del XVII y XVIII, acoge obras maestras de los famosos pintores de la escuela flamenca: Rubens, Anthony van Dyck y Jordaens.

Un museo en el que los amantes de la pintura pueden pasar horas.

Centro Belga del Cómic

Y tras dar una vuelta por el surrealismo y los clásicos belgas, va siendo hora de que te sumerjas en otro arte aún más colorido y fresco: el de los cómics.

Intentar convencer a un belga de que las tiras de cómics no son un arte es como decirle que jure que sus cervezas no son las mejores del mundo. No tienes ninguna oportunidad. Y es que en este país nacieron grandes como Tintín, Spirou, Los Pitufos o Lucky Luke. Hergé, Rob-Vel, Peyo y Morris son, respectivamente, sólo algunos de los más reconocidos dibujantes de la escuela belga del cómic.

El museo presenta un recorrido a lo largo de la historia del arte del cómic, desde sus inicios hasta las obras de dibujantes contemporáneos. Hay incluso una sección dedicada al legendario Hergé. El edificio en el que se aloja el museo merece una visita por sí solo, es una gran muestra de Art Nouveau creada por Victor Horta. Una visita perfecta para niños y mayores en la que seguro que picas algo en su tienda de cómics.

Imágenes | frankie’sThomas Quine