Pardubice, una joya desconocida de la República Checa

08/06/2018

Pardubice

A poco más de 50 minutos en tren de Praga, se encuentra Pardubice, una joya desconocida que merece la pena visitar durante unos días. En Pardubice encontrarás tradición, historia, sabrosa gastronomía, arte, bellos paisajes y, lo mejor: gente magnífica que te hará sentir como en casa.

Un casco histórico amable y vibrante

Cuando caminas por las calles empedradas del centro de Pardubice, puedes percibir en el aire su señorial historia. El casco histórico de Pardubice es pequeño y compacto, convirtiéndose en el plan perfecto para un paseo primaveral al sol. Así fue como me lo encontré yo a finales del mes de abril.

El sol iluminaba los bellos edificios góticos y barrocos de la Pernstynske Namesti (Plaza de los Pernstejn), frente a los cuales se disponían, alineados, los coloridos puestos de un mercadillo.

La mayoría de los edificios de la plaza fueron erigidos durante la época de mayor esplendor de la ciudad (1491 – 1560), cuando la familia Pernstejn – élite de la nobleza centroeuropea – la convirtió en un importante centro económico y estratégico.

Entre las casas, destaca la llamada U Jonase’, de estilo barroco. Sin embargo, lo que más llamará tu atención es la enorme torre que custodia la Puerta Verde, antigua entrada a la ciudad. Se eleva 60 metros sobre el suelo y desde su almena podrás disfrutar de las mejores vistas de Pardubice y sus alrededores. Dentro de ella hay un pequeño museo que explica la leyenda más importante de la ciudad y que da sentido al escudo de Pardubice. En ese escudo está representado la mitad delantera del cuerpo de un caballo.

Gran tradición ecuestre

Y es que Pardubice y los caballos llevan unidos desde el principio de su historia hasta la actualidad.

Si la leyenda afirma que el caballo del guerrero más valiente de Pardubice fue cortado en dos al bajar el rastrillo de la puerta de una fortaleza enemiga, hoy en día puedes disfrutar de los mejores equinos de la República Checa en las Caballerizas Reales de Kladruby nad Labem.

Centenares de caballos blancos son criados aquí para ser los mejores tirando de carruajes (participan en las mejores competiciones mundiales de este estilo). De Kladruby nad Labem han salido los altivos y orgullosos ejemplares que han conducido los carruajes de reyes y emperadores de Centroeuropa y altos cargos del Vaticano.

Eso sí, no visites las caballerizas más tarde de las 4 de la tarde, pues los caballos ya descansan en sus cuadras.

Castillos y gastronomía

Si te gustan los castillos, en Pardubice puedes ver dos.

El del centro de la ciudad – Castillo de Pardubice – fue construido en el siglo XIII como una torre fortaleza, pero sería convertido en algo con mucho más gusto, por los Pernstejn, durante los siglos XV y XVI. En su interior, puedes apreciar el primer desnudo del arte checo (Fortuna Volubilis) camuflado entre otros frescos del Renacimiento en la Cámara de los Caballeros.

El otro castillo (Kuneticka), se encuentra a unos 5 minutos en coche del centro de la ciudad, dominando el paisaje desde lo alto de una pequeña colina. Su aspecto se acerca más al de las toscas y misteriosas fortalezas de la época medieval. Durante la época estival, aquí se celebran conciertos y obras de teatro.

Después de tanto caminar, seguro que te habrá entrado hambre y sed. Lo segundo lo puedes acallar probando una de las excelentes cervezas negras (Porter) de Pardubice. En cuanto al hambre, si te gusta el jengibre estás de suerte, pues la ciudad es conocida como la cuna del pan de jengibre. Estos panes – elaborados aquí siguiendo la antigua receta de miel, harina y pimienta – tienen decoraciones que son auténticas obras de arte, por lo que la mayoría son indultados y acaban expuestos en las casas de sus compradores.

Acaba la jornada cenando algo en cualquiera de las terrazas que ocupan la preciosa Plaza de los Pernstejn. El momento del atardecer, con música en directo cuando acompaña el buen tiempo, es algo que quedará grabado en tu memoria para siempre.

Imágenes DanielaHrdovaCCat82 | David Escribano