Aún queda mucho por descubrir en el Viejo San Juan

15/10/2018

Puerto Rico

Pocos lugares hay en Latinoamérica que congreguen tantos atractivos en tan poco espacio como San Juan, como el Viejo San Juan. El casco antiguo de la ciudad más importante de Puerto Rico es una caja de sorpresas que debes ir descubriendo una a una, y hoy lo haremos a través de sus tres pilares más destacados: el histórico, el cultural y el gastronómico. Música en vivo al aire libre, emblemáticos monumentos nacionales, una buena cena en pintorescos restaurantes, interesantes museos, cafés de primerísima calidad, discotecas donde bailar hasta el amanecer… ¿Quién da más? ¿Estás preparado?

Historia, mucha historia

Fundada a comienzos del siglo XVI, San Juan puede presumir de ser una de las ciudades más antiguas del continente americano. Su privilegiada y estratégica posición la convirtieron pronto en un preciado enclave militar, por eso no resulta casual la presencia de imponentes construcciones en las que aún se pueden contemplar antiguos días de gloria: el Castillo de San Felipe del Morro, que data del siglo XVI, y el de San Cristóbal, del XVII, se encuentran bien flanqueados por una muralla de casi cuatro kilómetros de largo y trece de altura; todo ello, junto con el Palacio de Santa Catalina, una antigua fortaleza reconvertida en la actual residencia del Gobernador de Puerto Rico, está catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una visita imprescindible, obligatoria, de ésas que no te dejan indiferente.

Puerto Rico

Pero el Viejo San Juan tampoco sería lo que es hoy sin su pintoresca arquitectura colonial ni sus edificios religiosos. De un lado, hablamos de casas, de calles enteras ataviadas con vivos colores y unas preciosas balconadas que ejemplifican a la perfección cómo eran las construcciones civiles hasta finales del siglo XIX; de otro, templos como la Catedral de San Juan Bautista, la más antigua del hemisferio occidental y de estilo neoclásico, la Iglesia de San José o el Monasterio de Nuestra Señora del Carmen albergan reliquias de gran valor.

Cultura a flor de piel

Pocos axiomas hay más certeros en Puerto Rico que asegurar que el Viejo San Juan se alza como epicentro cultural del estado. Y es que no hace falta indagar demasiado para que te seduzcan las muestras culturales que exhala cada uno de sus rincones, ya sea al aire libre o bajo techo. Basta con pasear por sus calles empedradas para toparse con músicos de primer nivel, con bailes de salsa en las plazas, con ritmos que te acaban animando el día. El día y la noche, gracias a los numerosos locales de baile repartidos por el centro capitalino. Porque la cultura en Puerto Rico se vive, se siente, y si no que se lo pregunten a las miles de personas que acuden cada mes de enero a las Fiestas de la Calle San Sebastián para celebrar el evento más importante del Caribe, cuando agrupaciones musicales y cabezudos recorren las calles al ritmo de ‘Voy subiendo, voy bajando’.

El Museo de las Américas ofrece una apasionante muestra de la etnografía y las costumbres culturales de la Isla; el Museo del Mar, un interesante recorrido por la historia de la navegación en las costas puertorriqueñas, con maquetas de barcos y tesoros de navíos naufragados; y la Casa Museo Felisa Rincón, un repaso a la vida y obra de la primera alcaldesa de una capital en el continente americano, auténtico símbolo patrio. De forma paralela, numerosas galerías de arte con nombres como Éxodo, OBRA o Petrus se dan cita en el Viejo San Juan para convertir la ciudad en un destino emergente del arte contemporáneo; tanto ha crecido la escena artística que del 16 al 19 de noviembre se celebrará la segunda edición de MECA, la Feria Internacional que coloca a Puerto Rico en el mapa de los grandes expositores.

Puerto Rico

La gastronomía por bandera

Y después de tanta visita, nada mejor que un buen almuerzo para reponer fuerzas en la parte más antigua de la ciudad. Ya sabes que en este apartado solemos ser contundentes: no hay viaje completo si no saboreas la gastronomía local, y en Puerto Rico no iba a ser menos. Influencias indígena, africana y española han ido mezclándose durante siglos hasta lograr aromas, texturas y colores únicos, hasta conseguir una tradición culinaria capaz de embelesar a todos y cada uno de tus sentidos. Comida criolla, comida mestiza.

¿A qué nos referimos? Al mofongo y a su inconfundible consistencia de plátano verde relleno de carne o mariscos; al sancocho, un peculiar guiso de carne y verduras que te dejará más que satisfecho; o a las siempre recurrentes alcapurrias, características por su crujiente e intenso sabor. Pero también a los excelentes jugos recién preparados en carritos callejeros, a la fruta fresca que encontrarás en mercados y a los cócteles con el ron como absoluto protagonista.

Y, por supuesto, sin olvidar la cultura cafetera de la Isla, su verdadera insignia gastronómica. Las tradicionales haciendas del interior puertorriqueño dejan paso en la capital a modernas cafeterías donde expertos baristas miman el café para sacar lo mejor de su esencia; algo posible, claro está, debido a la exquisita calidad del producto nacional. ¿Una recomendación en el Viejo San Juan? Deja disfrutar a tu paladar en alguna de las cafeterías de la Plaza Colón. ¡No te arrepentirás!

Imágenes: Sean PavonefelixairphotoAneta Waberska  | Autor: Miguel Martínez Rabanal