Brasil es un mar y montaña fascinante, una miscelánea de lo más seductora. A un lado del ring tenemos parques de naturaleza fantástica: Chapada Diamantina, Serra do Cipó, Serra da Mantiqueira o El Pantanal. Al otro lado del cuadrilátero se encuentra su contrincante: las playas. Porto de Galinhas, Arraial d’Ajuda, Maragogi, Porto Seguro o Trancoso, por citar solo algunas. ¿Qué contrincante saldrá victorioso de este enzarzado combate?
El Parque Nacional de la Chapada Diamantina, en el interior del estado de Bahía, es un revés ganador. Un lugar impresionante al que vale la pena dedicarle varios días, ya que hay mucho para ver y hacer, mucho por andar. Que si grutas, ríos, valles, morros… Las excursiones por este parque nacional brasileño son un compendio de paz y paisajes inolvidables.
El Parque Nacional Serra do Cipó, a 100 km. de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, deja nocaut a cualquiera. Aquí la aventura es alquilar una bicicleta y dejarse llevar por sus rutas, mayoritariamente planas y bien señalizadas. Así, en un día de bosque se alcanza a visitar y fotografiar lugares como el “Cânion das Bandeirinha” o la Cascada de la Farofa, entre otros.
La sierra de la Mantiqueira supone un buen derechazo. Su nombre significa “montaña que llora”. Conformada por bosques montañosos (en los que no falta la bella araucaria), su fauna nativa es la mar de sugerente: el Lobo-guará, perro-vinagre, gato-leopardo, paca, bugio, mico sauá, mono, tucán o la ardilla, ¡un safari a la brasileña por una zona Reserva de la Biosfera! ¿A quién le amarga un poquito de ecoturismo?
El Pantanal del Mato Grosso salta al cuadrilátero. Coronado con el título de humedal más grande del mundo y uno de los más productivos ecosistemas de vida silvestre del planeta, a nadie sorprende que no tenga parangón. Posee la mayor concentración de fauna de toda América, que es mejor conocer en la época que va desde abril/mayo a septiembre/octubre. Sin duda, el Pantanal en Brasil es uno de los mejores destinos para un safari fotográfico del planeta.
Defendiendo el título de mejor playa del nordeste de Brasil… ¡Porto de Galinhas! Situada en el estado de Pernambuco, su azul intenso y su mar en calma llevarían a cualquiera a tirar la toalla, bucear, dar paseos o a sumergirse en piscinas naturales donde los peces juguetean con los bañistas.
A por el siguiente asalto. Arraial d’ Ajuda es todo sofisticación, todo buen gusto. Su tamaño de pueblo colonial concentra una población de lo más cosmopolita que, atraída por su belleza, llegó para quedarse. A 700 kilómetros al sur de Salvador, capital de Bahía, en Arraial d´Ajuda puede practicarse el piragüismo, el snorkel e incluso el surf. Además, no falta la oferta complementaria y cultural, lo que convierte a esta zona brasileña de playas en un destino apacible y redondo.
Maragogi, en el norte del estado de Alagoas, ejemplifica a la perfección lo que es un paraíso brasileño. ¿Sus armas de seducción? Poseer la más destacada barrera de coral de todo Brasil.
Con Porto Seguro, a unos minutos en ferri de Arraial d´Ajuda, empieza la cuenta atrás. Ciudad turística costera del estado de Bahía, la zona cuenta con unos 90 kilómetros de playas tropicales. Una de ellas es Trancoso, cuyas aguas idílicas están de moda.
Visto lo visto, ¿queda algo que no se pueda hacer en Brasil? Vuela a cualquiera de los aeropuertos que son destino Iberia y márcate la ruta que tú decidas. Brasil, ¡naturaleza siempre!
Foto Darrell Champlin, Romina Campos | Marita Acosta