Bari, esa gran sorpresa del sur de Italia

27/03/2019

La apuesta estival del Grupo Iberia en 2019 tiene un marcado acento italiano: serán tres nuevas rutas las que operen este año hacia el país transalpino, aumentando así a catorce el amplio abanico ya existente. Génova, Verona y Bari son los destinos elegidos, tres llamativas ciudades que sabrán satisfacer hasta los paladares más exigentes. Hoy nos centraremos en Bari, donde encontrarás sorprendentes monumentos históricos, una animada vida nocturna y platos que representan la esencia más tradicional del país, en un marcado envite por el producto local; todo ello en compañía de las dulces aguas del mar Adriático. Suena bien, ¿verdad?

Bari es la capital y ciudad más poblada de la región de Apulia (Puglia), ésa que conforma el tacón de la famosa bota italiana. Puede que la conozcas porque allí nació Francesca, la protagonista de Los Puentes de Madison interpretada por Meryl Streep, pero desde la época romana ha desempeñado un papel crucial en las comunicaciones con la parte este de Europa gracias a sus 42 kilómetros de costa; su puerto sigue siendo en la actualidad un importante nudo de comunicaciones con el mar Mediterráneo, punto desde el que se llega fácilmente al casco antiguo y a la parte noble de la capital.

Porque lo mejor de Bari es deambular sin rumbo alguno entre los callejones de la Città Vecchia, estrechos, sinuosos, con toldos de colores y con ropa tendida en los balcones. Perderse en sus encantos, al fin y al cabo, con un aroma medieval de ésos que acabas haciendo tuyo. Hablamos de la zona más antigua de la ciudad y donde transcurre buena parte de la vida cotidiana: icónicos bares, restaurantes para todos los gustos y lugares tan emblemáticos como la Piazza Mercantile, dominada por el célebre Palazzo del Sedile y su torre del reloj, un edificio de lo más ecléctico con el que comprobarás que no estás en una ciudad italiana al uso; tampoco se queda atrás la Piazza Ferrarese, otro foro principal que sirve de entrada a la ciudad antigua desde el mar, punto clave en la actividad nocturna de Bari y con una obligatoria Sala Murat, que alberga interesantes exposiciones de arte moderno. Espectaculares las vistas del Adriático desde esta plaza.

Si ponemos el foco en el apartado arquitectónico, quizá el templo más reconocible de la ciudad sea la Basílica de San Nicolás (arriba), construida entre los siglos XI y XII en un austero estilo románico: su fachada, característica por su arcada ciega y un llamativo color blanco, da paso a un interior en el que sobresalen las esbeltas columnas de mármol y un pomposo techo mucho más recargado; es obligado bajar a conocer la cripta donde se encuentran las reliquias de San Nicolás de Myra… hoy en día transformado en Papá Noel. En el ámbito sacro también destacan además la Catedral de San Sabino, famosa por su campanario, y la Iglesia San Francesco della Scarpa, por su claustro interior; en el civil, sobresale el Teatro Petruzzelli, uno de los teatros de ópera más bellos de toda Italia (su interior es sublime) y que puede acoger hasta 4.000 espectadores.

Pero, sin duda, es el Castillo Normando-Suevo la joya de la corona monumental baresa: se trata de una espectacular fortaleza junto a las antiguas murallas de la ciudad, construida y vuelta a construir en diversas ocasiones a lo largo de la historia. Fue ordenado levantar por el rey normando Roger II en 1132, está rodeado por un foso en tres de los cuatro lados y puedes visitarlo por dentro para conocer su trepidante historia, adonde se llega cruzando el típico puente sobre el propio foso. ¿Y sabes lo mejor? Que desde este castillo parten diferentes túneles subterráneos que cruzan toda la Cittá Vecchia gracias a los que, siempre acompañados por guías especializados, podrás conocer la ciudad desde un punto de vista de lo más original.

Y llegamos al apartado gastronómico, fundamental en todo buen viaje que se precie. Bari ofrece al visitante diversas recetas tradicionales que aún conservan la esencia de décadas pasadas y que se siguen ejecutando con productos locales, del entorno, otorgándoles un relevante toque de autenticidad. La tiella barese (arriba) lleva el nombre de la ciudad en el apellido, y es una de las grandes protagonistas: una cazuela de barro compuesta por arroz, patatas y mejillones, todo ello cocinado al horno para generar una mezcla tan sabrosa como sorprendente; dentro del ámbito de la pasta también destacan las orecchiette (nombre que recibe por su forma de oreja) con cipe di rapa (grelos) y los cavatelli ai frutti di mare, con forma de vaina y acompañados con diversos mariscos como calamares, mejillones o gambas. Cuando los hacen a mano son un verdadero manjar.

No se quedan atrás recetas como el braciole alla barese, unos rollos elaborados con carne de res, rellenos con una mezcla de ajo, queso y perejil y cocinados en salsa de tomate, ni la pizza calzone a la barese, rellena de aceitunas verdes, huevo, tomate, queso pecorino y cebolla, bien de cebolla. ¡Sabores espectaculares! ¿Y para finalizar? Unos buenos zeppole de postre (una especie de rosquilla frita y cubierta de crema o nata, muy sabrosas) o los famosos bocconotti, típicos en fechas navideñas, una especie de cupackes rellenos de sabores tan diversos como chocolate, miel o mermelada. Porque no hay nada como un dulce final.

Imágenes: Jacek_SopotnickialxpinemicristeaMrKornFlakes | Miguel Martínez Rabanal