Esa espuma de Dublín

02/12/2010

Descripción: se abre el grifo y cae, las burbujitas suben a la superficie y la espuma esponjosa intenta salir del vaso. Modo de empleo: acercar a la boca y dar un trago ni grande ni corto. Charlar un poco y dar otro trago. ¿Ya se la ha acabado? Mala noticia: la Guinness le ha inoculado su veneno. Querrá tomarse otra y otra y otra. Esto ya no tiene arreglo.

No es solo una de las mejores cervezas del mundo. La Guinness es para muchos un modo de vida. De hecho, es la birra negra más vendida del globo. Nació y vive en Dublín, pero es universal y sus fans se cuentan por millones en todo el mundo. ¿Sabían que tiene su propio museo en la capital de Irlanda? Pues sí, y este año ha cumplido su décimo aniversario. La visita merece la pena. Volamos a la capital mundial de la cerveza.

Los pubs huelen a Guinness y se diría que la calle también. Es la embajadora número uno del país. La fábrica de cerveza de St. Jame’s Gate, a pocos minutos del centro de Dublín, es un edificio anodino de ladrillos rojos levantado en 1904. Como tantos otros de la ciudad. La parte principal del edificio tiene forma de pinta gigante, que se eleva hasta el Gravity Bar.

Llena, esta pinta gigante contendría aproximadamente 14,3 millones de pintas. La fábrica produce cada día tres millones de pintas y funciona desde 1759, año en el que Arthur Guinness la adquirió firmando un contrato de alquiler de nada menos que 9.000 años.

La visita cuesta 15 euros y el precio incluye una deliciosa pinta de Guinness en el bar que corona el edificio. En la planta baja encontramos una exposición del proceso de elaboración. Los pisos posteriores mostrarán el proceso de fabricación y las distintas variedades del caldo irlandés, las campañas publicitarias históricas y sus conocidos iconos, reflexiones sobre los hábitos del consumo de alcohol y la historia del edificio. Ya casi al final nos enseñarán a tirar una pinta y recibiremos un certificado que acreditará nuestra destreza.

En esta planta también encontraremos el artístico Source Bar y el Brewery Bar, ideal para comer platos típicos irlandeses elaborados con Guinness. Recomendaciones: pan negro y estofado de carne con puré de patata. No es algo raro entre los irlandeses, ya que ellos cocinan con su amada cerveza. Y llegamos a la parte superior de la pinta, la que simularía la espuma. Una cúpula acristalada y las mejores vistas de Dublín mientras saboreamos una Guinness. Juegue a encontrar al pequeño St. Patrick, patrón del país, situado en la cúpula verde de un antiguo molino.

¿Se ha quedado con ganas de saber más? Tome nota:

  • Una porción de la cebada es escamada y asada para darle su color oscuro rubí y su sabor característico.
  • Una pinta tiene 198 calorías, menos que una de zumo de naranja.
  • El arpa irlandesa se usó primero como símbolo de la cerveza y sólo más adelante fue adoptado por el Gobierno de Irlanda como símbolo oficial del país.
  • Cada día se venden 10 millones de vasos de esta cerveza en 150 países diferentes.

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