Un perro enorme de cerámica, un joyero con florecitas propio de las bisabuelas, una lámpara dorada con lágrimas, un butacón de madera y terciopelo. ¿Qué es? No, no es un almacén lleno de tiestos ni el hogar de una persona con el síndrome de Diógenes. Podría ser el catálogo de cualquiera de las tiendas que se aglutinan en torno al Rastro de Madrid, es decir, las viejas almonedas, que desde hace algún tiempo están viviendo una segunda juventud.
Triunfaron en el mercado español hasta bien entrado el siglo XX, pero luego las despreciamos. Nos entregamos al minimalismo, los espacios vacíos, los lofts diáfanos, las líneas sencillas y nos olvidamos de la historia. Ahora, crisis económica y de valores mediante, nos hemos cansado de tanta decoración racional. Cada vez más gente se apunta a la moda de adquirir piezas de diseño industrial con imperfecciones y muebles singulares de otras épocas. Y lo mejor: a precios asequibles. Mientras los anticuarios despachan objetos para un público con alto nivel adquisitivo, las almonedas ofrecen propuestas hasta por 30 euros.
La tendencia va creciendo. De hecho, del 9 al 17 de abril se celebra en Madrid Almoneda, una feria donde se reunirán 150 galerías y tiendas de toda España y países vecinos. En los pabellones de IFEMA, donde tendrá lugar la cita, se podrán encontrar más de 25.000 objetos genuinos procedentes de todo el mundo y con un mínimo de 50 años de edad. El evento está abierto al público y la lista de objetos abarca desde piezas decorativas, muñecas y joyas hasta hallazgos arqueológicos, arte tribal y escultura de todo el siglo XX. Seguro que acudirán coleccionistas, pero también treintañeros con vocación de estilo que quieren darle a su casa un toque distintivo.
Es lo que en el ámbito de influencia anglosajona se denomina shabby chic, una norma que establece que los objetos gastados por los años también tienen estilo. Lo que antes llamábamos decadente y hortera, ahora es cool. El cambio de mentalidad se debe a la existencia de un público más formado y con una visión más amplia del diseño. Menos anclada en el presente perverso que dicta las reglas arbitrariamente. Algunas de las almonedas más conocidas de Madrid son L.A. Estudio, La Europea y Barbarenia. En Barcelona, Inmaculada Concepción y La Última Parada. Si usted se quiere iniciar en la compra de objetos del pasado, acérquese a esos establecimientos, mire, remire y piense en la distribución de las piezas en su casa para que no parezca un baratillo. Juegue con volúmenes, texturas y épocas diferentes. Pruebe su sentido del gusto. Se lleva la mezcla de estilos.
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