Una pena que la República Dominicana se asocie solo a las playas. Muchos estresados van a dar con su cuerpo a los resorts del todo incluido sin pensar que hay vida más allá de la pulsera. Que sí, que Punta Cana y Puerto Plata están muy bien, que son destinos increíbles, que calman los nervios de punta, que hacen que no pensemos en nada, pero viajar significa explorar, así que después de unos días de arena blanca, un Caribe turquesa y windsurf y snorkel, toca moverse. Allá que vamos.
Primera exploración: Santo Domingo, la gran capital de un país que comparte territorio insular con Haití. Fue esta isla el primer suelo americano donde Cristóbal Colón puso el pie, así que la llamó La Española y fundó una ciudad que hoy es Patrimonio de la Humanidad. Su centro es una mezcla: a veces con aires andaluces, otras con atmósfera castellana y muchas con aspecto caribeño.
La catedral de Santa María la Menor, llamada la Catedral Primada de América, podría estar en Úbeda o en Salamanca. Es Renacentismo puro. El catálogo de edificios históricos es este: el alcázar de Colón (primer castillo de América), el Monasterio de San Francisco, el Museo de las Casas Reales, el antiguo Palacio del Gobernador General, el Palacio de la Real Audiencia, la Fortaleza Ozama, el Panteón de la Patria, la Iglesia del Convento Dominico… No se olvide de pasear por la Plaza de España (que parece de pueblo), el Jardín Botánico y las grandes avenidas con rascacielos como la de Winston Churchill, donde se concentran varios centros comerciales.
La noche es movidita. Los dominicanos menean sus caderas con una cadencia y un ritmo que no parece de humanos. Intente imitarlos o pida que le enseñen, pero lo más probable es que se tenga que rendir a la evidencia: que ningún español puede conseguir esos movimientos tan caribeños. Mire cómo bailan el merengue y la bachata. Mire y disfrute del ron dominicano, que en este país es como una religión.
A medio camino entre esta marcha y los grandes hoteles de Punta Cana, se encuentra la parte este del país, mucho menos conocida. Impresiona Higüey, con su ritmo tranquilo. Tendrá que ver la catedral de Nuestra Señora de La Altagracia, una virguería de cúpulas y arcos de cemento construida en 1971. Aquí y allá surgen pequeños pueblos de agricultores donde uno conoce la esencia del país. En San Rafael de Yuma está la casa-museo del conquistador Juan Ponce de León. Siéntase libre en sus jardines con palmeras y visite las diferentes estancias donde vivió un personaje histórico. En Boca de Yuma aparece el Hoyo del Zumbador, una piscina marina natural, y el parque de la Virgen. En el pueblo, restaurantes al borde del mar y menús a base de marisco. Los aventureros se pueden perder en el Parque Nacional del Este, con 808 kilómetros cuadrados, cuevas, aves coloridas, delfines que saltan e islas de arena blanquísima. Nada que ver con Punta Cana.
Datos útiles:
- La República Dominicana tiene un clima tropical, donde se pueden sobrepasar los 30 grados. La estación lluviosa abarca de mayo a septiembre.
- La moneda es el peso dominicano.
- Iberia ofrece diariamente vuelos a Santo Domingo desde Madrid -excepto los martes- y cómodas conexiones desde el resto de la red. La ruta está operada por A340/300. Para encontrar los mejores precios utilice la búsqueda flexible desde www.iberia.com.
Foto | vinylmeister
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