En Luanda se ven grúas y la ciudad en plena efervescencia económica. A la capital de Angola le han puesto el sobrenombre del Mónaco de África, debido a su incipiente industria de turismo de alto nivel, debido a que el país crece a un ritmo de un 20 por ciento por año, sobre todo por la exportación de petróleo. No se preocupe, que se pueden encontrar con facilidad lugares donde comer y comprar souvenirs sin rascarse demasiado el bolsillo. Le sorprenderá esta capital africana que fue colonia portuguesa y que hoy respira tranquila y en paz, después de décadas de guerra civil. Todo le resultará colorido, bullicioso y exótico.
La bahía de aguas azules atlánticas es un buen preludio de lo que nos espera. Relax bajo las palmeras. En esta gran ensenada proliferan bares y restaurantes, donde nos abriga el frescor atlántico, hay gastronomía angoleña (repleta de platos donde abundan las verduras, los arroces, el maíz, los pescados y la carne de cabra), pero también internacional, entre ellas china. La Isla de Mussulo, a la que se llega en barco o lancha, es paradisíaca y perfecta para practicar buceo y windsurf. El Parque Nacional de Kissama es una gran extensión de selva situada al sur de la ciudad. Es emocionante visitarlo y hacer un safari para poder ver sus elefantes, antílopes, avestruces, cebras y jirafas que se enseñorean sobre la naturaleza.
De vuelta en Luanda, se ven muchos edificios altos. No se deje llevar por los prejuicios, porque la capital angoleña acoge una gran cantidad de monumentos históricos y en buen estado de conservación en comparación con otros lugares de África. Pasee por el centro y vea cómo viven los ciudadanos del país. Siempre tienen una sonrisa en la boca. Contágiese de su alegría. Seguro que terminará hablando con alguno, que querrá saber de dónde viene y qué le parece la ciudad. Los fuertes de San Miguel y San Pedro de Barra se construyeron entre los siglos XVI y XVII para defender la ciudad de los invasores. Hay varias iglesias, entre las que se pueden destacar las barrocas de Nuestra Señora del Pópulo y la de Nazaret.
En el Museo Nacional de la Esclavitud se puede aprender del pasado de un país que exportó miles de angoleños a Brasil, de ahí que llevaran a ese país la capoeira, un baile-lucha originario de aquí. El Museo Nacional de Antropología y el de Historia Natural completan el recorrido por la cultura y la idiosincrasia de Angola. Cae la noche y entra fresco. Nada mejor que resguardarse en uno de sus muchos bares para asistir a un espectáculo de danzas, como la Kizomba, mientras se toma una cerveza. Los ritmos duran hasta la madrugada. Se acostará dando botes en la cama.
Datos útiles:
- Luanda y su área metropolitana tienen más de tres millones de habitantes.
- El clima es semiárido. Las temperaturas son altas durante todo el año, aunque caen por la noche.
- Evitar los suburbios y no caminar solo por las noches. Hay que tener cuidado con algunos policías, ya que como en toda África abunda la corrupción.
- La moneda es el kwanza.
- Se necesita visado (consultar con la embajada de Angola en Madrid: 914 356 430).
- La vacuna obligatoria es la de la fiebre amarilla.
- Iberia estrena sus vuelos a Luanda el 28 de octubre. Los mejores precios los encontrará en www.iberia.com marcando «soy flexible en fechas«.
Foto | Erik Cleves Kristensen
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