Luis Fonsi no reniega de su romanticismo. No en vano, baladas como No me doy por vencido y Aquí estoy yo, le han convertido en uno de los cantantes latinos más populares a los dos lados del Atlántico. A partir de septiembre, iniciará una nueva gira internacional para presentar su nuevo álbum, Tierra Firme.
- Usted es de la isla de Puerto Rico, pero su nuevo disco se llama Tierra Firme. Parece una contradicción. Aunque es mi octavo álbum, lo siento como si fuera el segundo. Palabras del silencio, mi anterior trabajo, significó un antes y un después en mi carrera. Con Tierra Firme, siento que tengo más que nunca los pies en la tierra. Me han pasado muchas cosas a lo largo de estos años y utilizo las canciones para desahogarme. Además, tengo el control creativo de lo que hago.
- Durante su infancia, sus padres se mudaron a EE.UU. ¿Cómo vivió ese cambio? Cuando tenía 10 años mi familia se mudó a Orlando por motivos laborales. Yo era muy joven y fue un cambio duro. Tenía mis amigos en Puerto Rico, cantaba en el coro, era un preadolescente típico. El principal problema vino con el idioma. No obstante, a esa edad uno lo absorbe todo rápidamente. Más tarde estudié música en la Universidad de Florida. Y luego me mudé a Miami.
- ¿Cuál es su lugar favorito de Puerto Rico? El Viejo San Juan es muy hermoso, pero yo soy playero. Elegiría cualquier playa de mi país.
- Debido a las giras, pasa largas temporadas fuera de su casa. ¿Cómo lo lleva? Nuestro trabajo no es tan glamuroso como la gente cree. Uno vive básicamente en el avión y todo su armario debe caber en una maleta.
- ¿Cómo se hace la maleta para estar tantos meses de gira? Es lo más difícil. Siempre debes llevar dos maletas. Mañana vuelvo a mi casa en Miami. Tengo que lavar la ropa preparar otra maleta para, al día siguiente, ir a México por un concierto.
- Supongo que siempre se le olvidará algo. Siempre. Lo único que no puede faltar es mi guitarra.
Up close and personal. Tengo 33 años y ocho discos a mis espaldas. He vendido más de tres millones de copias en todo el mundo. Aunque nací y me siento puertorriqueño, dos tercios de mi vida han transcurrido en EE.UU. España me ha acogido con los brazos abiertos.
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