La vida de este genio de la moda fue tan azarosa como su carrera. Altos y bajos en ambas facetas lo marcaron profundamente. Christian Dior fue su verdadero maestro, quien vio en él a su claro sucesor, dejándolo al frente de la casa Dior con apenas 21 años (tras la repentina muerte de Dior en 1957). Libró a la famosa empresa de alta costura de una posible quiebra y marcó tendencia. Sin embargo en 1960 este apogeo personal y profesional se vio truncado por la llamada a la milicia. Y ahí empezó el infierno de Yves Saint Laurent: 20 días en la mili fueron suficientes para que las burlas de sus compañeros lo volvieran loco y fuera ingresado en un psiquiátrico de mala reputación. Su estado empeoró tras saber que la casa Dior lo había sustituido por el diseñador Marc Bohan.
Afortunadamente, su siempre amigo Pierre Bergé lo ayudó a superar esta terrible etapa y a despegar en su carrera en solitario. Durante los años 60 y 70 triunfó en las pasarelas de todo el mundo, y salvo un traspiés en la criticada colección de 1971, sus diseños siguen siendo a día de hoy una influencia real. La creación del esmoquin fue una de sus geniales ideas, pero no la única: inventó el concepto de musa, convirtiendo a Catherine Denueve en una auténtica diosa en todas sus películas y en cada una de sus apariciones… los estilismos que lucía, siempre obra de Yves, eran positivamente comentados y copiados en el resto del mundo.
Yves Saint Laurent es uno de los grandes genios que el mundo de la moda ha tenido y tiene (su espíritu sigue vivo). No hay que dejar escapar la ocasión que la Fundación Mapfre nos brinda, del 6 de octubre al 8 de enero, pasea por las Salas Recoletos en Madrid y disfruta con una muestra de su obra, 150 modelos y 80 dibujos, además de fotografías y películas.
Foto | victorismaelsoto