Un joven Diego Rivera llega a Europa gracias a una beca de estudios concedida por el gobernador del Estado de Veracruz. Su primer destino fue Madrid: la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Su estancia madrileña fue más bien breve y rápidamente se traslada a París, donde conoce la vanguardia, y deja a un lado el acamedicismo, lo que le lleva a realizar durante esta etapa (1912-1916) importantes cuadros cubistas. Tras esta época europea, siente la llamada de su patria debido a los ideales revolucionarios imperantes en ese momento en su país (1922) y vuelve a México, donde se dedica a pintar impresionantes murales que, con el tiempo, le darán la fama internacional.
Comienza a trabajar codo con codo con David Alfaro Siqueiros y estudian el arte maya y azteca con profundidad. Estos estudios marcarán la obra de ambos artistas. A partir de ese momento Rivera se convierte en uno de los grandes muralistas mexicanos de todos los tiempos: realiza composiciones murales impactantes, como las del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.
Sevilla tiene el privilegio de albergar en la Casa de la Provincia una exposición titulada Diego Rivera, cubista. De la academia a la Vanguardia 1907-1921. Se trata de una muestra inédita que reúne un total de 30 obras de temática cubista y de otros estilos vanguardistas comprendidas entre 1907-1921. Esta exposición estará en Sevilla hasta el 30 de octubre, aunque viajará por toda España durante los próximos meses.
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