Casablanca tiene glamour y poderío económico. La capital financiera de Marruecos no tiene muchos siglos de historia como otras ciudades del país, pero aún así, si miramos más allá de la superficie, encontraremos zonas históricas con encanto que nos dejarán boquiabiertos. En este post le recomendamos conocer dos barrios diferentes, más bien antagónicos, pero que resultan complementarios para que el turista se lleve una idea más o menos acertada de Casablanca. Una zona antigua y donde impera la calma y otra cosmopolita y con gente pegada a sus iPhones.
Habous. Es la medina nueva, así que si ya ha recorrido otras medinas árabes sabrá qué se va a encontrar: gritos, regateos, objetos artesanales y olor a té. En la década de 1920, Casablanca vive su mayor apogeo y atrae a una gran cantidad de mano de obra que hay que alojar en algún sitio.
Con esta función se crea Habous, que combina las reglas básicas del urbanismo moderno con la arquitectura tradicional marroquí. Paseando por sus fachadas blancas y calles atravesadas por arcos podremos comprar productos artesanales de calidad, como alfombras, babuchas, cachimbas o muebles. Llama la atención el gremio de los hojalateros, que trabajan el metal y fabrican, a la vista de todo el mundo, bandejas, teteras y utensilios de cocina. Buena compra. Los propios ciudadanos de Casablanca valoran mucho este tipo de piezas.
No hay que salir del barrio sin acudir la pastelería Bennis y probar una de sus muchas tartas marroquíes. Espectacular. Con el estómago lleno, visitaremos los dos grandes monumentos de Habous: el Palacio Real y el Mahkama del Pacha. El primero, suntuoso a más no poder, no se puede visitar desde hace ya casi un siglo, pero podremos admirar de lejos sus jardines de estilo mediterráneo. La Mahkama es el gran tribunal para los musulmanes y fue levantado casi tres décadas después, entre 1941 y 1952, por el arquitecto francés Auguste Cadet. ¿Le recuerda a algo? Puede ser que a algunos edificios del sur de España, ya que su inspiración es andalusí.
Barrio Mâarif. Es el barrio de moda de Casablanca, esa zona en la que todos los habitantes de la ciudad proyectan sus deseos y esperanzas de futuro. Es una metáfora de la globalización y el capitalismo. Puede que le decepcione y que sienta cierta amargura por las desigualdades al comparar todos estos jóvenes de clase alta que viven como occidentales y todas esas personas que hemos dejado atrás en la medina nueva.
De todas formas, ya que estamos, podemos aprovechar para pasearnos por las tiendas de grandes marcas, bares y restaurantes. Mâarif se encuentra a un lado del precioso Parque de la Liga Árabe, el más grande de la urbe y un verdadero oasis para refugiarnos del bullicio. Compre, tómese una copa de vino en un bar, coma en un restaurante, descanse en el parque y observe las torres gemelas del Twin Center. Todo esto, aunque a mucha gente le parezca que no tiene romanticismo, también es Marruecos.
Datos útiles:
- Casablanca tiene 6 millones de habitantes.
- El clima es como el mediterráneo, con suaves inviernos húmedos y veranos secos, pero no demasiado calurosos. El Atlántico hace que haya muy poca variación de temperatura entre las estaciones.
- La moneda es el dirham.
- Iberia ofrece vuelos a Casablanca, con una frecuencia de hasta ocho a la semana desde Madrid. Los mejores precios los encontrará siempre en www.iberia.com.
Foto | luc legay