En 2012 se cumplen 150 años del nacimiento de Gustav Klimt. Este ha sido un motivo más que suficiente para que hayan decidido invadir Viena con su talento. A lo largo de este año, la ciudad austríaca se impregnará con la esencia y el color del genial artista: 8 grandes exposiciones, además de actividades lúdicas y esculturales, que iremos conociendo a su debido tiempo, serán las encargadas de asaltar la ciudad para conseguir este efecto.
Y es que Klimt, es, fue, y será mucho Klimt. Siempre presente el lado femenino de las cosas, en su obra la mujer reúne a la vez la imagen de la vida y de la muerte, idea tan ambigua como inexplicable. Pero no solo esta ambiguedad marcó su obra, también su afán por innovar marcó toda su trayectoria.
Defensor a ultranza de la modernidad, fundó en 1897 el movimiento La Secesión, formado por los creadores más innovadores de la época. El objetivo principal de dicho movimiento no fue otro que reafirmar la modernidad artística y poner la escena vienesa en contacto con las nuevas tendencias europeas.
Gran parte de la obra de Klimt también refleja una espectacularidad fuera de serie. Esto se debe a que buena parte de su trayectoria artísitica coincidió con la mayor revolución que Viena ha vivido hasta este momento. La famosa Ring lo demuestra: imperiales edificios públicos e impresionantes palacios de la aristocracia y de la burguesía muestran esta mencionada revolución. Gustav, aprovechó este auge social y así quedó reflejado en la decoración que hizo de la escalinata del teatro imperial, por ejemplo.
Es obvio, el 2012 será un buen año para volar a Viena y pasear por sus calles. ¡No olvidéis disfrutar de una rica Sacher Torte con sabor a Klimt…!
Foto | deflam