Ginebra es una ciudad llena de bancos, instituciones internacionales y gente con prisas. Es preciosa, pero puede ser dura. Sus zonas verdes (uno de sus sobrenombres es la ciudad de los parques) hará que respiremos con fuerza y nos relajemos casi como si estuviéramos en el campo.
- Le Jardin Anglais. Su terraza con vistas al puerto hace que estemos en la gloria. Sus mayores atracciones son la fuente de bronce y el gran reloj de flores, con más de 6.300 plantas (el más grande del mundo en su categoría), un homenaje a la industria relojera que acoge la ciudad.
- Parc des Bastions. Los turistas no paran de tomar fotos del gigante ajedrez del suelo. Las cámaras también disparan flashes frente al Muro de los Reformadores, de 18 metros y que comenzó a construirse en 1909 para conmemorar el 400 aniversario de Calvino.
- Le Jardin Botanique. Sus 28 hectáreas esconden invernaderos con plantas tropicales y medicinales, cascadas, estanques, un jardín para oler y tocar diseñado especialmente para invidentes, un herbario, un parque de animales exóticos, una biblioteca… Hay un rincón para cada persona.
- Bois de la Bâtie. Es uno de los grandes parques de Ginebra, aunque más que un parque parece un bosque. Situado cerca de la bifurcación de los ríos Ródano y Arve, acoge un gran estanque además de multitud de animales como cabras, ciervos, patos, pavos reales o jabalíes. Es como estar en mitad del campo.
- Le Jardin Alpin. Otro bosque. Diseñado a principios del siglo XX, animan la vista y el resto de sentidos los cursos de agua, las rocas, las rosas, las cabras, los pollos y los patos. Piérdase por sus numerosos senderos y visite la villa, que siempre acoge exposiciones de arte contemporáneo. Si es verano, puede que se encuentre con algún concierto.
- Eaux-Vives. Sus rododendros, regalo de los Países Bajos por la ayuda humanitaria suiza durante la II Guerra Mundial, son lo más preciado. Aparte, encontrará azaleas y un castillo del siglo XVIII que ahora hace las veces de restaurante. Este parque puede ser oscuro y luminoso. Sus praderas le harán sentir libre.
- Parc La Grange. No hacen falta piedras para construir. Es una delicia contemplar la arquitectura floral de un parque con un rosal por cada metro cuadrado. De hecho, aquí se celebra cada año el concurso internacional de rosas.
- La Perle-du-Lac. Los barcos llegan a la orilla del lago y uno se puede esconder entre arbustos y pinos. Y en mitad del parque, una villa romana. Una gran idea es visitar el hermoso Museo de Historia de las Ciencias. En primavera estallan los colores.
Datos útiles:
- Ginebra tiene 190.000 habitantes.
- El clima es muy frío en invierno, con intensas nevadas y temperaturas bajo cero. Los veranos son templados y no se suelen rebasar los 25º.
- La moneda es el franco suizo, aunque se aceptan euros en muchos establecimientos.
- En Ginebra se habla francés.
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Foto | emrank