Iberia y sus uniformes: capítulo dos

01/03/2012

En el año 1954 Iberia se plantea darle un aire nuevo a sus uniformes. Para conseguirlo, se fichaba a Pedro Rodríguez, diseñador catalán de origen valenciano. Este diseñador español se inspira en todo momento en los uniformes originales. «Continuidad» debida a la tendencia internacional en todas las aerolíneas hacia lo militar a la hora de vestir.

Se introdujo el abrigo, azul marino y similar a un capote militar, con fuelles y grandes botones dorados. Con el paso del tiempo este mismo abrigo fue adquiriendo un aire más femenino: le suprimieron los fuelles, y los botones dorados fueron reemplazados por otros del mismo color que el abrigo. El uniforme era el clásico traje de chaqueta, también azul marino y con botones dorados.

1962: la revolución hippy llega a España y, con ella, ganas de modernizar a las azafatas de Iberia. Rodríguez sigue al mando de su estilismo y decide olvidarse del corte militar. Ahora el traje de chaqueta es realmente femenino, con unas líneas mucho más estilizadas y un curioso gorro en forma de casquete. Además, el abrigo pasa a ser un impermeable menos oscuro y más ligero, con un práctico forro que podía ponerse o quitarse según la estación del año. En 1966, este impermeable se convirte en una gabardina en tervilor en azul pálido. Ese mismo año, finalizaba el reinado de Rodríguez en Iberia.

Pedro Rodríguez fue contemporáneo -y rival- de Balenciaga. A pesar de que su nombre no es tan conocido como el de este último, podemos decir que su calidad técnica no tuvo nada que envidiarle. Además, fue uno de los diseñadores que más han producido a lo largo de toda la historia de la moda española. Tuvo tiendas en Madrid, Barcelona y San Sebastián. Vistió a la mismísima Duquesa de Alba, entre otras muchas. El Museo textil y de Indumentaria de Barcelona y el Metropolitan Museum of Art de Nueva York tienen una sala dedicada al modisto. A la hora de vestir a la mujer le encantaba provocar, con una belleza seductora que solo él entendía. Fue el gran maestro del drapeado y su inspiración constante fueron las iconografías griegas y romanas.

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