Nada como esa sensación de comerse el mundo mientras uno sortea las olas. Todos hemos visto alguna vez la cara de satisfacción de los surfistas que consiguen doblegar a los mares, ¿pero usted nunca ha experimentado esa sensación? Ya está tardando. España es un país con gran tradición en el surf, desde que se exportara al norte de la península desde Biarritz (Francia) en la década de 1960, y a lo largo de toda la geografía se encuentran playas perfectas de grandes olas y viento bravo para practicarlo. En la mayoría de ellas existen incluso escuelas para los principiantes. Póngase el neopreno que nos vamos a visitar los arenales que ponen en pie el espectáculo de las tablas.
Mundaka. Su ola es famosísima. Deja a la mayoría de la gente boquiabierta. Se levanta, los surfistas se encaraman a ella, se levanta aún más y luego deja el mar revolucionado con la espuma. Esas olas crean tanta expectación, que la playa de Laidatxu (en la localidad vizcaína y dentro de un espacio natural catalogado como Reserva de la Biosfera) es muy popular entre los surfistas de todo el mundo. En ella se celebran campeonatos internacionales.
Zarautz. El rollo surfero está presente en muchos de los rincones de esta localidad guipuzcoana. Por todas las calles se ven tiendas especializadas, multitud de escuelas (para adultos, niños y personas con necesidades especiales), bares y pubs con toda la iconografía del mar y las tablas y jóvenes en busca de una sensación acuática. En la playa conocida como ‘el pequeño desierto’ se celebra un campeonato mundial. Perfecto para ver las virguerías de los que más saben.
Somo. Las marejadas fraguadas en el Atlántico Norte son las responsables de las olas de esta playa cántabra. Su extensa orilla ofrece varios spots para practicar surf y enlaza con la playa de Laredo. Hay dos olas populares: la de la Isla de Santa Marina, que puede llegar a crecer hasta los 8 metros, y la de El Barco, procedente de los restos de un naufragio. Justo enfrente de esta última se encuentra la escuela de surf decana en España.
El Quemao (Lanzarote) y Corralejo (Fuerteventura). El paisaje virgen de la isla de Lanzarote ofrece unas vistas inigualables. Lo saben todos los aficionados a este deporte. La primera playa ofrece unas condiciones aptas para expertos, por lo que no se recomienda la práctica del surf para los que están empezando. El segundo arenal, el de Corralejo, es una playa extensa, salvaje, de arena blanca y aguas cristalinas. Un espectáculo visual aunque solo vaya a tomar el sol.
Tarifa. Es la capital mundial del surf. A solo 14 kilómetros de la costa africana, se erige esta localidad de piedra y fachadas blancas que congrega a todos los apasionados de las olas monstruosas. El viento de levante y la conjunción del mar Mediterráneo y el Océano Atlántico, que provocan un efecto embudo, son las culpables de la fama de Tarifa. A pocos kilómetros también se encuentran los arenales de Los Caños de Meca y El Palmar, con su conocida juerga de día y de noche.