Iberia y sus uniformes: capítulo cuatro

02/04/2012

Tras la revolución de Pertegaz, llega un nuevo gurú al corazón de Iberia: Elio Berhanyer. Este modisto español diseñó los uniformes de la compañía durante más de una década (1972-1989), pasando por tres colecciones diferentes. En este capítulo nos encargaremos de la primera colección, la que abarcó de 1972 a 1977.

Al tomarle el relevo a Pertegaz, Berhanyer tenía que alcanzar unos objetivos bien definidos con los nuevos diseños de Iberia. Como él mismo explicó en su momento, la compañía ya no buscaba un uniforme revolucionario y vanguardista, sino algo más tradicional, que sobreviviese al paso de unos cuantos años. Además, la compañía quería que sus uniformes encajaran en cualquier país y en cualquier estación y época del año.

Bajo estas premisas, Elio decidió rescatar el color insignia de Iberia: el azul. Para el modisto, era un color elegante allá donde fuera, con el que podría encontrar esa funcionalidad que la compañía necesitaba. Sustituye la capa de Pertegaz por un clásico abrigo, otorgando así a las azafatas una mayor comodidad y amplitud en sus movimientos. El traje de chaqueta y falda, contaba con dos versiones que se consiguen con tan solo añadir una sobre-falda, de formas geométricas, a la primera falda. Los accesorios -bolso,  guantes, fular y zapatos- se diseñaron con esta misma idea. Además, distinguió con pequeños detalles a las azafatas de vuelos trasatlánticos del resto de azafatas (invirtiendo dibujos y colorido) y lo mismo entre las azafatas de tierra (a quienes les suavizó el azul y les suprimió los dibujos geométricos) y las azafatas de aire.

Elio Berhanyer: sorprende que un nombre así se corresponda con una persona cien por cien española. Cordobés de nacimiento, madrileño de adopción, el modisto español tuvo una vida bien complicada. Hijo de un minero que bautizó a todos sus hijos con nombres inspirados en los clásicos, se quedó huérfano a los 7 años. Su verdadero apellido era Berenguer, pero enseguida lo transformó en Berhanyer, un nombre de guerra, nunca mejor dicho, que le daría mucho más glamour a su persona. Vivió hasta los 9 años con sus abuelos, pero ya a esa temprana edad decidió volar solo. Autodidacta por naturaleza, aterriza en Madrid a los 21 años, y de la mano de Joaquín Rodríguez -hijo de Pedro Rodríguez– recibe su primera oportunidad: encargarse de una portada para la revista Astra. A partir de ese momento podemos decir que su carrera despega, y de la mejor de las maneras… Continuará…

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