Pruebe a pronunciar la palabra Mikonos: la mayoría de la gente pondrá cara de envidia. Por el sol, por el Mar Egeo cristalino, por la naturaleza virgen, por las casas blancas, por la fiesta. Debido a esto último (el despiporre nocturno más absoluto) es conocido entre los jóvenes, pero la isla griega más turística da mucho de sí. Con la bandera de destino gay llevada con orgullo, Mikonos se muestra amable con cualquier orientación sexual. Hay sitio para todos y cada cual encontrará lo que busca, eso seguro. Jora, como la llaman los lugareños, es la localidad más grande. En el puerto tendremos que saludar a Petrus, el pelícano que anda a sus anchas por las calles. Los tipiquísimos molinos de viento, del siglo XVI, nos saludan con sus aspas mientras no le quitan el ojo al mar. El Barrio del Castillo y la Pequeña Venecia son otros de los lugares míticos. En éste último los balcones de las casas cuelgan sobre el agua. Muy recomendable para contemplar las puestas de sol.
El laberinto de callejuelas encaladas de un blanco nuclear nos lleva por tiendas, señoras vestidas de negro, jóvenes como en una maratón por ver quién aguanta más de fiesta y rincones perdidos. La ruta divina (habrá a quien se le pase por la cabeza hacerlo después de una noche de marcha para ver si Dios le redime) pasa por las cinco iglesias de Paraportiani, los monasterios de la Virgen María y de Paleokastro y las iglesias bizantinas de Zoodochos Pigi, Agia Kiriaki, Santo Nikolaos y Santa Helena. No nos olvidemos del Museo de Arqueología, con piezas de las excavaciones de Miknos, Delos y Renia. Por cierto, la minúscula isla de Delos es de visita obligada: es Patrimonio de la Unesco y aquí nacieron, según la mitología, los dioses Apolo y Artemisa.
Y quedan las playas, ¡qué playas! Se puede alternar una cada día. Aquí las mejores: la de Agios Sostis es una cala sin masificar con alguna casa blanca entre la tierra parda, la de Eliá alberga el restaurante de comida mediterránea Capelayo y un bar relax-chill out, la de Platys Gyalós es la más familiar y la de Paradise Beach alberga desde las cinco de la tarde una de las discotecas más multitudinarias. Entre el calor y el alcohol, ya se sabe qué pasa. Si no se ha tenido suficiente, Cavo Paradiso se sitúa en un acantilado y aquí se puede bailar hasta que el amanecer riega con su luz los cuerpos convertidos en despojos. El sol, a todo esto, sonríe.
Datos útiles:
- La isla de Mikonos tiene una extensión de 85,5 kilómetros cuadrados y una población de 9.320 habitantes.
- El clima es como el mediterráneo: suaves inviernos y veranos templados. Sol en la mayor parte del año, aunque también suele hacer viento.
- La moneda es el euro.
- Iberia ofrece vuelos a Mikonos, en código compartido, cada semana. Los mejores precios, en www.iberia.com.
Foto | Nick-K (Nikos Koutoulas)
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