Glackma nos ayuda a cuidar nuestro planeta

27/06/2012

En estos tiempos que corren está de moda hablar del calentamiento global y del cambio climático. Hasta son dos de los temas más recurrentes del cine comercial de este siglo nuestro. Y todos opinamos al respecto. Solo que en muchas ocasiones nuestra opinión no tiene una base sólida. Hablamos de oídas sin saber verdaderamente en qué consiste y sin darnos cuenta de la extrema importancia del tema.

Adolfo Eraso y Carmen Domínguez saben que esta incultura al respecto existe y esa fue precisamente una de las razones por las que crearon en el año 2010 la «Asociación Glackma«. A través de esta Asociación sin ánimo de lucro investigan con toda la calidad y seriedad del mundo.  Divulgan lo investigado con el mismo rigor. Quieren que exista por detrás un trabajo de educación ambiental, primer paso para concienciar verdaderamente del problema natural al que nos enfrentamos.

Adolfo, espelólogo y geólogo, empezó a involucrarse en esto en el año 1985, y Carmen, matemática y profesora de la Universidad de Salamanca, en 1996. La atracción de Adolfo por las cuevas glaciares le llevó a crear Glackma, (Glaciares, CrioKarst y MedioAmbiente) por aquel entonces, un «borrador de un gran proyecto». Sus reconocimientos internacionales por sus complicadas expediciones hacen que en el 96 se le una Carmen.

Hasta el 2000 sobreviven, sin ningún tipo de ayuda, autofinanciándose, sin equipos adecuados y haciendo constantes sacrificios personales. En aquel momento lo del calentamiento global todavía sonaba a chino y nadie le daba importancia a la gran tarea que ya en aquel momento estaban realizando. Gracias a una rudimentaria sonda de medida que instalaron en diferentes glaciares comienzan a medir el deshielo. Y es precisamente esta labor la que en el 2000 les abre las puertas a nivel internacional:

Los rusos los invitan a la 45 Expedición rusa a la Antártida. Los científicos rusos quieren que midan la descarga glaciar (es decir, el hielo que se expande en forma de agua) en la Antártida. Gracias a los rusos empiezan a conseguir financiación nacional y apoyos internacionales, y así fundan en el 2001 el «Proyecto Glackma«, abriendo ocho estaciones de medida en los círculos polares. Cuatro en el norte (Islandia, Svalbard, Ártico Sueco y Norte de los Urales) y cuatro en el Sur (Antártida insular, Península Antártida, Patagonia Argentina y Chilena). En estas estaciones registran la descarga glaciar a través de esas sondas que cada hora miden ininterrumpidamente el agua procedente del deshielo de los glaciares. Gran labor, la que están haciendo…

Foto | (maty)