¿Playas y grandes edificios? Sí, pero no solo eso. Ni mucho menos. Santo Domingo, la capital de la República Dominicana, ofrece un centro histórico Patrimonio de la Humanidad y unas amplias avenidas donde uno se siente pequeñito. Pero el relax también es posible en la jungla de asfalto y sus alrededores. Podrá soñar despierto y entrar en conexión con la naturaleza. Aquí van algunas pistas. ¿Qué otros lugares relajantes de Santo Domingo incluiría?
Si le encanta el chocolate y quiere sentirse como Willy Wonka, el Sendero del Cacao en la hacienda La Esmeralda merece una visita. Descubrirá el cacao orgánico típico de República Dominicana (muy diferente al resto), verá los grandes árboles cuajados de frutos, contemplará la extracción de los granos y el proceso de fermentación y secado, aprenderá sobre las propiedades del cacao, sembrará su propia planta y se llevará figuritas de chocolate hechas por usted mismo. Es una vuelta a la infancia.
Su emblema es el guanito, un tipo de palma muy delgada, pero dentro se pueden encontrar especies de muchas partes del mundo. Creado en 1976, el Jardín Botánico de Santo Domingo ofrece estanques, plantas acuáticas, praderas, trenes con los que se puede recorrer el parque, un reloj floral de los más grandes del mundo y un jardín japonés repleto de bambú. En los alrededores del jardín se encuentra una reserva natural de plantas autóctonas y una cañada que desemboca en el río Isabela. Se sentirá un explorador de la naturaleza sin salir de la ciudad.
El escenario es como de película de Tarzán. La naturaleza creó estas cuevas subterráneas hace miles de años. Los aborígenas las usaban para ritos mágicos. Hoy, el parque Los Tres Ojos, a pocos kilómetros de Santo Domingo, está abarrotado de turistas que quieren ver los lagos subterráneos que nacen dentro de las cavernas (uno con calcio y otros minerales, otro con bajísimas temperaturas y el tercero, de poca profundidad y usado antiguamente como balneario). A ellos hay que añadir un último lago, que es el único que se ve desde el exterior de las cuevas.
Los pájaros sobrevuelan el cielo y su canto nos lleva a dormir profundamente. Cómo no, si tenemos esta cama de arena fina y dorada. La playa de Juan Dolio Guayacanes no es tan famosa como la de Boca Chica, pero es infinitamente más salvaje y virgen. Detrás hay un bosque, sobre la arena crecen cocoteros, el mar es azul turquesa y no hay ningún hotel a la vista. Los restaurantes a buen precio ponen la nota terrenal. No todo va a ser tan paradisíaco.
Datos útiles:
- La República Dominicana tiene un clima tropical, donde se pueden sobrepasar los 30 grados. La estación lluviosa abarca de mayo a septiembre.
- La moneda es el peso dominicano.
- Iberia ofrece diariamente vuelos a Santo Domingo desde Madrid -excepto los martes- y cómodas conexiones desde el resto de la red. La ruta está operada por A340/300. Para encontrar los mejores precios utilice la búsqueda flexible desde www.iberia.com.
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