Santiago de Chile deslumbra con su vibrante vida, pero si está planeando un viaje allí será mejor que no deje de lado la naturaleza. La agradecerá cuando los coches y las prisas le agoten. A pocos kilómetros de la gran urbe se levantan montañas y surgen bosques donde la Tierra suena. Apunte, apunte.
Cajón del Maipo. A 150 kilómetros al sureste de Santiago, nos invadirá la tranquilidad. Contemple Los Andes a lo lejos y maravíllese con la visión del Volcán del Maipo, una de sus principales atracciones. Descargue adrenalina con los deportes de aventura, relájese en sus baños termales y pruebe los reputados caldos de los viñedos chilenos. ¿Esto es vida o no?
Alhué. Muy cerca del Cajón del Maipo, los espíritus indígenas y el pasado colonial nos invade. La Plaza de Armas nos invita a curiosear entre los puestos artesanales, donde podremos comprar licores y mermeladas. Suba al Cerro Alto de Cantillana (a caballo o a pie, usted mismo) y recréase en los bosques de robles de la Reserva del Cobre de Loncha.
Pomaire. A tan solo 60 kilómetros de la Cordillera de los Andes, este pueblo es perfecto para conocer el Chile profundo. En sus calles se venden todo tipo de objetos de arcilla. Su fama alfarera procede de la calidad de su tierra rojiza. No se puede ir de aquí sin probar la típica empanada y el pastel del choclo, a base de maíz, carne, cebolla y especias.
Los Molles. Se halla a dos horas de Santiago. Que no le dé pereza el tiempo del trayecto, porque merece la pena. Su balneario tiene un encanto campestre, sobre todo Puquén, con formaciones rocosas. Las islas de los lobos (con enormes lobos marinos) y de los pájaros (con aves multicolores) le sorprenderán, al igual que Las Terrazas, donde el mar ha moldeado a su antojo las rocas. Puestas de sol maravillosas.
Paine. La Laguna de Aculeo le recargará las pilas. Caminar por los poblados de El Tránsito, El Manzanito, Aculeo, Hospital o Abrantes le hará sentir en conexión con la naturaleza. Podrá practicar kayak, vela, ciclismo o esquí acuático. Libere frenos con los deportes de aventura y luego siéntese en los numerosos embarcaderos. La Cruz de Mayo es una fiesta típica donde los lugareños entonan cantos transmitidos de generación en generación y entonces se preguntará por qué el progreso a veces es incompatible con las tradiciones.
Datos útiles:
Chile es un país muy angosto. Tiene algo más de 17 millones de habitantes.
La moneda es el peso chileno.
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Foto | fainmen
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