Con los calores del verano, más de uno piensa que su ciudad está ubicada en medio del desierto. Eso no ocurre en España, pero a dos pasos tenemos grandes arenales que poco tienen que envidiarles a los que aparecen en las películas americanas. Sin cruzar el Estrecho para llegar al Sáhara, en suelo patrio nos podemos desquitar de nuestro deseo de exotismo con una ruta por llanuras solitarias. Aquí van dos de los más importantes y mágicos.
Desierto de Tabernas. Sergio Leone tuvo ojo. Fue el primero en descubrir todo el potencial que guarda este desierto ubicado en la provincia de Almería, a medio camino del Mediterráneo y Sierra Nevada. El director de cine rodó allí Por un puñado de dólares y fue el pistoletazo de salida para más de 500 rodajes de películas de vaqueros. Por aquí han pasado figuras como Clint Eastwood, Claudia Cardinale, Sean Connery, Raquel Welch o Alain Delon. Esos antiguos escenarios se pueden visitar, ya que forman parte de El Poblado del Oeste, un parque temático con su oficina del sheriff, su salón, su barbería, sus museos de carrozas y del cine. El Far West no es tan lejano. Fuera del parque, se nos abre un mundo de 280 kilómetros cuadrados con una vegetación riquísima. En los bordes de las ramblas podemos encontrar especies como la retama, la higuera, la palmera, la chumbera, la adelfa y el taray. Las laderas de las montañas nos regalan plantas aromáticas como esparto o albardín. Aves como halcones, águilas y garzas sobrevuelan nuestras cabezas.
Desierto de Los Monegros. A muchos les sonará por su festival de música cada verano, pero esta extensión de estepa a poco más de media hora de Zaragoza tiene mucho más que ofrecer. Tiene algo de hipnótico. Su tierra es dura y de diferentes colores pardos a pesar de que alberga algunos ríos, lagunas y salinas. El paisaje no puede ser más horizontal y los vientos tienen una increíble capacidad de secarlo todo al instante. Hay barrancos y montañas y en primavera florecen las amapolas como por arte de magia. Por aquí corría a mediados del siglo XIX el bandido Cucaracha, que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Un Robin Hood aragonés. Ceca de la Laguna de Sariñena está la Cartuja de las Fuentes, del siglo XVI. También podremos visitar el Monasterio de Sijena, el Santuario de la Virgen de la Sabina y la Ermita de Nuestra Señora de Magallón. Cuando vea las formas mágicas de las rocas y la aparición de algún pastor con ovejas, todo le parecerá surrealista. Dicen que abril y mayo son los mejores meses para acercarse a Los Monegros cuando cae la tarde y dormir al raso con las estrellas observándonos.
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