Con una cerveza en el Cheers

20/08/2012

Sus árboles centenarios de grandes raíces, sus casas victorianas, sus parques de sabor antiguo, sus calles empedradas… Boston, llamada por muchos la capital histórica de Estados Unidos, tiene un encanto especial. Urbe animada y llena de estudiantes, fue el lugar donde prendió la mecha de la revolución del Tea Party y de la independencia de Gran Bretaña. Esas huellas se pueden rastrear siguiendo el Freedom Trail, una línea de color rojo en el suelo que nos enseña los lugares señeros de aquella época. Ejemplos: la casa de Paul Revere (el platero que avisó a Samuel Adams y John Hancock de que llegaban los ingleses) o The Old State House (en cuyo balcón se leyó la declaración de independencia). Hay más pistas en el Boston Common, el primer parque público del país. Donde antes pastaban las ovejas, ahora hay ardillas buscando migajas. Existe otra línea menos conocida, la Black Heritage Trail, que nos enseñará el papel de esta urbe en la lucha por la abolición de la esclavitud.

Los ciudadanos de Boston tienen un aire de elegancia natural. Normal, teniendo barrios como Back Bay, con sus fachadas victorianas, sus galerías de arte y sus tiendas finas. Dé una vuelta por los jardines botánicos y la siempre animada Copley Square. En Beacon Hill esperan más casas de porte aristocrático y callejones insospechados. El capitolio o Massachusetts State House brilla con su cúpula dorada. Y, como buena ciudad americana, Boston también tiene rascacielos, como la John Hancock Tower o la Prudential Tower, cuya cafetería en el piso 51 ofrece unas vistas impagables. Desde allí se divisa el río Charles, por donde hay que pasear en bici (existe un sistema de bicicletas de alquiler que se paga con tarjeta). Si tenemos más antojo de agua, podemos acudir a algunas de las playas cercanas, como la de Castle Island o las de East y South Boston.

La cultura habita en los museos de Bellas Artes (con la más extensa colección de Monet fuera de Francia) y de Isabella Stewart Gardner (con obras exquisitas de arte europeo y americano). En Cambridge se levanta desde 1636 la Universidad de Harvard, una de las más prestigiosas del país. Pasee por sus avenidas y praderas y admire los enormes edificios de ladrillo y mármol. Harvard Square es el epicentro y allí encontramos cines, cafeterías, una enorme librería y quizá nos topemos con algún concierto o mercadillo. ¿Tiene ganas de ir de compras o tomarse un café? El sitio ideal es Quincy Market, una antigua lonja hoy rebosante de vida. No nos podemos perder un partido de baloncesto de los Boston Celtics o uno de béisbol de los Red Sox. Por la noche podemos escuchar música clásica en el Symphony Hall o rock, folk y jazz en directo en los pubs de Cambridge. Chinatown ofrece desde restaurantes donde probar langosta hasta puestos callejeros de dim sum. Las cervezas se tendrán que tomar en Cheers, cuya fachada sirvió para la mítica serie del mismo nombre. Dentro no se rodó ninguna escena, pero uno puede mirar las fotos de las paredes y sentir la nostalgia. Acodémonos en la barra y disfrutemos como los bebedores protagonistas que tanto nos hicieron reír.

Datos útiles:

  • Boston tiene algo menos de 700.000 habitantes, pero su área metropolitana supera los 4 millones.
  • Los veranos son cálidos y húmedos; los inviernos, fríos, con viento y nieve.
  • La moneda es el dólar americano.
  • Como siempre cuando se viaja a Estados Unidos, previamente hay que rellenar un cuestionario vía online para acceder sin problemas como turista al país: https://esta.cbp.dhs.gov.
  • Las propinas son voluntarias, pero es costumbre dejar entre un 15 y un 20% de la consumición.
  • Iberia ofrece diariamente un vuelo  a  Boston, directo desde Madrid y con buenas conexiones desde el resto de aeropuertos. En www.iberia.com, siempre los mejores precios.

Foto | sapiamaia

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