Cuba es son, buena gente, colorido, risas… Y visitar La Habana para impregnarse de la filosofía de vida de todo un país es quedarse corto. ¿Por qué visitar una sola ciudad cuando tenemos a nuestra disposición toda una isla rebosante de paisajes e historia? Una vez que se ha visitado la capital cubana (ver el post ‘Cómo ser feliz en el malecón’), podemos poner rumbo al Parque Nacional de Viñales, una extensión verde con montañas y valles, donde los campesinos que allí viven nos recibirán como si nos conocieran de toda la vida y escucharemos leyendas sobre las propiedades curativas del agua que corre helada por los campos. También nos tendremos que refrescar en las cascadas de Soroa para redescubrir el poder de lo natural.
Y vuelta a lo urbano. Santiago de Cuba es la cuna del son, ritmos que podemos escuchar en la Casa de La Trova. Con fama de urbe hospitalaria, nos recibe con su catedral, su capitolio y sus plazas porticadas. Merecen una visita la fortaleza de San Pedro del Morro y su faro, el santuario de la Virgen del Cobre y el Museo del Carnaval, la fiesta grande de Santiago, que aquí se celebra en julio. Los edificios coloniales surgen a 300 kilómetros de La Habana, en Trinidad, una ciudad Patrimonio de la Humanidad. Nos divertiremos recorriendo sus callejuelas y rincones como la Plaza Mayor y las escalinatas de la Casa de la Música. Para sentirnos pájaros tendremos que subir a la torre del Palacio Cantero y para ser un pez bucearemos en la Playa Ancón. Por cierto, en Cuba hay arenales para hartarse. Uno de los más conocidos es el de Varadero, con sus grandes hoteles de pulserita, pero no deberíamos irnos del país sin visitar Playa Girón (en la famosa Bahía de Cochinos) y Cayo Levisa (naturaleza, relax y hoteles pequeñitos). Si quiere atardeceres espectaculares, vea los de Cienfuegos.
Toda la bahía de Matanzas enamora, pero en la ciudad que le da nombre surgen más planes que broncearse. Pasee por su malecón pero también visite las Cuevas de Bellamar, con estalactitas, estalagmitas, lagos y fuentes. Los paseos en barco por el río Canímar y las rutas senderistas por las colinas y los campos del Valle del Yumurí nos hará reencontrarnos con nosotros mismos. Puede que toda esta naturaleza nos quite el habla. Quizá quiera volver a sentirse un pez. Ningún problema: láncese al agua y bucee en la Laguna de Maya. Con tanto remojo, estaremos a punto de conseguir nuestro sueño de tener branquias, escamas y libertad de por vida.
Datos útiles:
- Cuba tiene algo más de 11 millones de habitantes.
- Su clima es tropical, aunque de noviembre a abril es cuando menos calor hace. Las temperaturas pueden variar de los 35 grados en las costas orientales a los 15 de las zonas montañosas.
- La moneda es el peso cubano.
- Iberia ofrece, en ruta directa, un vuelo a La Habana cada día y buenas conexiones desde el resto de la red.
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