El sabor español de Chicago

24/09/2012

La famosa «Ciudad del Viento» de Estados Unidos quizás no sea el primer destino norteamericano que se nos ocurre al planificar un viaje de ocio. Muchos piensan primero en Nueva York, Miami o Los Ángeles; pero la tercera urbe del país tiene mucho que ofrecer al turista, y en especial al turista español, como he descubierto en un viaje reciente durante el cual decidí mezclarme con la comunidad española local en la “ciudad de los hombros anchos”, como la bautizó el poeta Carl Sandburg en honor a su otrora pujanza industrial.

Por casualidad, mi viaje coincide con la victoria de La Roja en la Eurocopa, momento que comparto con cientos de fanáticos (¡en pleno sentido de la palabra!) en el epicentro de la comunidad española local: el Café Ibérico (739 North LaSalle Avenue, tel. 312-573-1510) del coruñés José Lagoa y su hijo Darío. Durante mi visita degusté exquisitas tapas y platos, y a pesar del bullicio general, logré conversar con personas como el riojano Julio A., quien le recomienda al turista español que venga con la mente abierta y explore la gastronomía local. “No todo es hamburguesas”, dice. Interesante, pues, que su restaurante predilecto sea Mercat a la Planxa (638 South Michigan Avenue, tel. 312-765-0524), donde el chef José Garce presenta una rica selección de tapas estilo “nouvelle”. Cuando le pregunto, Julio sonríe: sí que es buena la cocina del país, pero hombre, nada se compara con las gambas al ajillo que en ese preciso momento está devorando.

Y no es sólo en la cocina donde el español ha brillado en Chicago. Culturalmente, muchos artistas españoles han dejado su huella, empezando por las grandes esculturas públicas: Picasso con su obra maestra cubista en Plaza Daley, Miró con “El sol, la luna, y una estrella” en Plaza Brunswick, y el más reciente, Jaume Plensa y su alucinante Crown Fountain en Grant Park, que proyecta rostros de personas locales a través de sus cristales (fue en este parque, por cierto, donde el Presidente Barack Obama pronunció su discurso de victoria en las elecciones del 2008). Además, en el distinguido Art Institute of Chicago no sólo están Picasso y Miró, sino también El Greco, Sorolla, Goya, y más. Todo esto sin olvidar las decenas de artistas (música, danza, “performance”, y tan diversos como Vetusta Morla y Sara Montiel) que cada año presentan el Instituto Cervantes y otros centros culturales para la vibrante comunidad hispana de la ciudad.

Otro día tengo el placer de conversar con Carmen Fuentes Muñoz, cónsul de España. ¿Qué le aconsejaría a un compatriota que esté valorando adónde ir de vacaciones en Estados Unidos? “¡Que no se quede en Nueva York!”, sonríe. “Chicago es una ciudad con una arquitectura espectacular, una oferta cultural de primerísima, y una gran calidad de vida. ¡Y hasta tiene playa! Hay que conocerlo”.

¿Pero cómo conocer una ciudad de 3 millones y 2.000 españoles? Según Ignacio Olmos, director del Instituto Cervantes local, es prácticamente obligatorio el paseo en barco por el río, que ofrece una perspectiva sin igual para apreciar la arquitectura urbana. Añade, sin embargo, que la ciudad se conoce andando – y al final del día, mis pies lo confirman. Después de tanto andar, el descanso es inevitable; por suerte me hospedo frente al Parque Grant en el enorme Chicago Hilton (720 Michigan Ave., 312-922-4400), a dos pasos del Art Institute of Chicago, y a unos pocos pasos más de los encantos del centro. Es una de las grandes dames de la ciudad, construido en 1927 en el suntuoso estilo Bellas Artes y sitio de mucha historia municipal y nacional. No lejos de aquí, otro gran hotel de lujo y partner de Iberia, el JW Marriott (151 West Adams Street, 312-660-8200) es un histórico edificio renovado y abierto en 2010 con más de 600 habitaciones y un magnífico complejo de spa, piscina y gimnasio.

Demasiado pronto llega el momento de la partida, y recuerdo las palabras de Milton Uribe, el jefe de escala de Iberia en Chicago, quien me aseguró que “de todos los sitios donde he trabajado en mis 20 años con la compañía, aquí es donde más a gusto me siento”. Y es que Milton, Ignacio y la cónsul de España en la ciudad, coinciden en un punto clave: más allá de la gastronomía, la cultura o el entorno urbano, gran parte del encanto de esta ciudad está en la amabilidad de sus habitantes. Quizás Julio el riojano lo expresó mejor: “Chicago es Nueva York con sonrisas”. Después de tres cortos días en esta gran ciudad, no puedo discrepar.

Foto | Mike Miley

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