Sao Paulo tiene cuerpos despampanantes, samba y playas, pero la sensualidad también está en la naturaleza y los rincones que rodean esta megalópolis. Para salir de la jungla de asfalto no hace falta irse demasiado lejos. El Parque Estadual do Jaraguá es un gran bosque al oeste de la ciudad y forma parte del cinturón verde del área metropolitana. Perfecto para respirar aire puro. Esta gran extensión verde es Reserva de la Biosfera por la Unesco. Suba al Pico de Jaraguá, de 1135 metros de altura, para contemplar las panorámicas de Sao Paulo, y luego camine por la multitud de senderos que existen, como el de Pai Zé, da Bica y del Silencio. En cada uno de los itinerarios no podrá evitar sorprenderse con cascadas, lagos y animales salvajes. Lo más curioso es una aldea indígena, llamada Jaraguá Ytu. Los miradores, los bares y las zonas habilitadas para el picnic completan la ruta por el parque.
Los árboles también están presentes en Embu das Artes, un pueblo pintoresco a menos de 30 kilómetros de Sao Paulo. En realidad es una colonia de artistas que el pintor Cássio Mboy puso en el mapa en la década de 1920 cuando se vino aquí a vivir y atrajo a numerosos artistas. El movimiento hippy lo revalorizó y ahora alberga galerías de arte, tiendas de artesanía, de antigüedades y de muebles. Compre y compre, porque sus precios son imbatibles y la calidad de los productos es notable. Sus calles con palmeras y las fachadas coloniales ponen la nota de color mientras aquí y allí surgen los músicos callejeros y los bailarines de estilo africano. Hay que visitar la Iglesia del Rosario (blanca y de aire campestre), la Capilla de San Lázaro y los museos de Arte Sacro y el Indio (este último es un centro para difundir la cultura indígena). Y después de las compras y la cultura, probemos la típica gastronomía brasileña en alguno de sus restaurantes. Feijoada, arroz y carne para chuparse los dedos.
En Santana de Parnaíba, a unos 35 kilómetros de Sao Paulo, nos tocará beber. En este pueblo existen antiguos alambiques familiares donde se sigue destilando la cachaça, el aguardiente de caña de azúcar típico de Brasil. Se pueden visitar y luego habrá que aprovechar para comprar unas botellas. El resto de Santana está compuesto por caserones coloniales y edificios alegres que lo convierten en uno de los centros históricos mejor conservados de los alrededores de Sao Paulo, aunque muchas de sus vías no están asfaltadas. Una vuelta por las calles, la Plaza 14 de noviembre y la Iglesia de Santa Ana antes de tomar la típica foto junto al cartel del Trópico de Capricornio, que pasa por aquí: Latitud 23º 27’ 00’’-S.
Datos útiles:
- La moneda de Brasil es el real brasileño.
- Iberia ofrece 11 vuelos a Sao Paulo cada semana directos desde Madrid (salvo los lunes), desde donde además conecta con otras ciudades del país.
Foto | Guilherme Castoldi «Guigo»