Hubo un tiempo en que este era el nombre popular con el que se conocía a los berberechos. La idea no cuajó y actualmente son mundialmente conocidos como berberechos. Estos pequeños bivalvos, de concha color blanco sucio o marrón con valvas en forma de corazón, son una de las delicatessen de la gastronomía gallega. Y es que, aunque existen otras modalidades en otros puntos de España -zona del Mediterráneo- o incluso en el extranjero -Holanda, Dinamarca o Portugal-, no cabe duda que los que tienen más renombre son los de la costa gallega. No en vano es esta fama, su característico sabor a mar es francamente exquisito. Además, son un marisco ideal tanto para comerlos solos como acompañados. En cualquiera de sus modalidades son una delicia para el paladar y hacen el tándem perfecto con un vino blanco gallego. ¡Toma nota!
Una receta fácil sería comerlos frescos, cocinados al vapor con unas gotas de limón. Si nos queremos complicar un poco podemos hacer una sopa de arroz y berberechos para chuparse los dedos. Y si definitivamente la cocina es lo nuestro y nada se nos resiste en el arte culinario, podemos atrevernos con una empanada de maíz de berberechos… ¡mmm…! (Si realmente eres un caso aparte en la cocina o no tienes tiempo, siempre tienes la opción de comer berberechos congelados o en conserva).
La temporada fuerte del berberecho gallego es en los meses de otoño y en febrero y marzo. Y parece que 2012 no está siendo un año muy bueno y los pescadores no son del todo optimistas. El pasado mes de octubre la temporada arrancó de una manera más bien catastrófica; y las cofradías de pescadores de la ría de Noia –la zona más importante de producción del berberecho– se han quejado, no solo por la escasez del berberecho, sino también por el tamaño: la mayoría no alcanzan los 4 o 5 centímetros con los que se pueden comercializar.
Crucemos los dedos para que la cosa mejore y podamos disfrutar de este manjar un año más.
Foto | In Praise of Sardines
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