Uno no se puede cansar nunca de Moscú, una ciudad inabarcable y que guarda una historia que a veces pone los pelos de punta. Aun así, al viajero le gustará saber que en torno a la capital rusa emerge lo que se ha denominado el anillo de oro, un rosario de villas históricas en medio de paisajes que parecen de cuentos de hadas. Eso sí, aquí no hay varitas mágicas para eliminar el frío si decide partir ahora mismo hacia Rusia.
- Sergiev Posad. Entre bosques de abedules, esta ciudad a 70 kilómetros de la capital rusa se enorgullece de ser el lugar donde nacieron las matrioskas. En 1890, a un tal Sergei Maliutin se le ocurrió fabricar estas muñecas que se esconden unas dentro de otras. Se pueden comprar a buen precio en el bazar a la entrada del Monasterio de San Sergio, que más que un lugar para rezar parece un castillo de algún noble.
- Vladímir. La Edad Media fue su gran época. De ello dan fe las catedrales de la Asunción (del siglo XII, enorme con sus 1170 metros cuadrados y coronada por unas cúpulas doradas) y de San Demetrio (también del siglo XII y con influencia del arte bizantino llegado desde Armenia). A 180 kilómetros de Moscú, Vladímir es hoy un importante centro industrial, pero las fábricas no eclipsan su encanto histórico, que también se refleja en la Puerta Dorada. No deje de dar un paseo por el río Klyazma.
- Souzdal. Su paisaje urbano de casas de maderas y molinos es bucólico. Junto a Vladímir, esta ciudad situada a 203 kilómetros de la capital rusa, es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido a sus monumentos blancos. No se pierda la Catedral de la Natividad, del siglo XIII, con sus cúpulas azules pespunteadas por estrellas doradas. Durante la época medieval, tuvo su importancia religiosa. Siéntala en alguno de sus más de 30 templos.
- Rostov Veliki. Sus calles porticadas conquistan al visitante, que se terminará de rendir con el Kremlin de cúpulas verdes. Pasee por sus jardines y sorpréndase con las catedrales de la Asunción y de San Dimitri. El lago Nero sirve de espejo, pero es incapaz de reproducir la belleza de los palacios e iglesias de Rostov Veliki, que se encuentra a 200 kilómetros de la capital del país. Un paisaje casi irreal.
- Yaroslavl. Tiene de qué presumir: el río Volga, el más grande y caudaloso de Europa. Entre la naturaleza y este caudal de vida, aparece Yaroslavl, a 280 kilómetros de Moscú. Es Patrimonio de la Humanidad, puerta al norte del país, pieza clave del comercio por el Volga… Maravíllese con el Monasterio de la Transfiguración del Salvador (blanco, verde y dorado) y la Iglesia de la Epifanía (con azulejos coloridos). Hay más templos, como el de Elías el profeta y el de San Nicolás, donde se pueden contemplar unos frescos preciosos. Y volvamos al Voga, que da la vida.
Datos útiles:
- La moneda es el rublo ruso.
- La mejor época para visitar Rusia es primavera-verano: poco frío y nada de nieve.
- Los turistas están obligados a obtener una visa. Lo mejor es ponerse en contacto con cierto tiempo de antelación con la Embajada de Rusia en España (91 411 2524, 91 562 2264, 91 411 0807).
- Iberia ofrece hasta 3 vuelos a Moscú cada día. Para estar alerta de los mejores precios, pruebe las alertas bip.
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