La cultura, la energía y la seducción corren a raudales por las tripas de Lapa, en Río de Janeiro. Esta zona, que en el pasado era mejor no pisar por la peligrosidad de sus calles, se ha revitalizado en los últimos años y actualmente en ella se mezclan turistas, pijos y hippies en busca de sensaciones. El ambiente no puede ser más carioca y más cosmopolita a la vez. Lo primero que nos llamará la atención será Los Arcos, un enorme acueducto construido durante el siglo XVIII. En sus alrededores nos sorprenderán las callejuelas y los edificios coloniales de elegantes balcones y colores pastel. Lapa es sorprendente y camaleónico, así que lo mismo nos encontramos con terrazas llenas de gente chic tomando una chopp (que es como en Brasil se llama a la caña) que con cuestas repletas de cables y enormes torres de apartamentos de los 80. Estampas que chocan con la Rua da Lavradio, con tiendas de antigüedades para todos los gustos y donde el primer sábado de cada mes se celebra un mercadillo.
La Escalera de Selarón es el rincón más colorido de Lapa. Con 215 peldaños, es el lugar donde se juntan cariocas tomando un trago y turistas que parece que no quieren volver a su ciudad de origen. Muy cerca está el Barrio de Santa Teresa, también muy bohemio, pero no nos desviemos. El Teatro Municipal, la Catedral y la Iglesia de Sao Francisco de Penitencia por supuesto merecen una visita. Si el día nos alegra el alma, la noche nos la calienta. Podemos empezar el recorrido nocturno en la Avenida Mem de Sá, que los fines de semana se convierte en peatonal a partir de las 10 de la noche. Tenemos que ir de un sitio a otro sin estrés. Una buena idea es cenar cabrito con arroz y bolinhos de bacalao en el Nova Capela (Avda. Mem de Sá, 96), que no cierra hasta la madrugada. La pizza de shitake es un gran reclamo en la pizzería Carioca da Gema, en la misma avenida, ubicada en el segundo piso de una casa de samba. Y si queremos comer con menos solemnidad, siempre nos quedarán los puestos callejeros, como el de la Praça Cardeal Camara, cerca de Los Arcos, donde podremos probar una yakisoba (fideos salteados con pollo, cerdo y verduras).
Luego lo que pega es un trago para entrar en calor. Un bar clásico entre los clásicos es la Casa da Cachaça (Avda. Mem de Sá, 110), diminuto y lleno de botellas y recortes de periódicos. Toda una experiencia. La música surge en mitad de las calles y en lugares como Circo Voador (Rua dos Arcos), donde lo mismo hay conciertos de música brasileira que recitales de cantautores. Abundan las casas de samba alegres donde vuelan las caderas, como Clube dos Democráticos (Rua Riachuelo, 91). Río Scenarium (Rua do Lavradio) es un local inclasificable, ya que se ubica en un caserón colonial de tres plantas y está lleno de gente muy distinta que va a cenar o a bailar como si no hubiera un mañana. Cada uno a lo suyo. Divertidísimo.
Datos útiles:
- Río de Janeiro tiene 6 millones de habitantes y 11 con su área metropolitana.
- Su clima es tropical atlántico, con veranos cálidos (pueden registrarse más de 35 grados) e inviernos suaves (una media de 22).
- La moneda es el real brasileño.
- Iberia ofrece vuelos a Río de Janeiro directos desde Madrid (salvo los lunes), desde donde además conecta con otras ciudades del país.
Foto | alvez