Si hay una característica que defina a Ciudad de México es el hecho de estar en continuo movimiento. Este constante vaivén, como no podía ser de otra manera, ha llegado también al ámbito gastronómico, donde sus platillos cada vez combinan mejor no sólo las influencias de los diferentes estados del país, sino también las arraigadas tradiciones culinarias con la influencia de la nueva cocina, mucho más experimental. No en vano, existen lugares en el DF donde es tan fácil probar unos escamoles como una enchilada de flor de jamaica, dos extremos asimétricos. Gracias a esta perfecta fusión de tradición y modernidad, la gastronomía mexicana cada vez cuenta con un mayor reconocimiento a nivel internacional, y chefs de renombre como Martín Berasategui o Bruno Oteiza se han dejado seducir por las bendiciones aztecas para abrir restaurantes en la república.
La capital ofrece una oferta especialmente amplia, desde los típicos puestos de tacos y tortas donde el mexicano medio realiza todas las comidas del día hasta los restaurantes más vanguardistas. Para todos los públicos, para todos los gustos, para todos los bolsillos.
· El Borrego Viudo: su fuerte no es el glamour, pero son pocos los chilangos que no han visitado esta taquería. Famosa por sus tacos al pastor a altas horas de la madrugada, que se usan para rebajar los efectos del alcohol, a ella acuden clientes de todas las edades. Uno de sus grandes atractivos es que puedes ir en coche y te llevan la comida directamente en el aparcamiento. Si no eres aficionado al picante, mucho cuidado.
· Fonda El Refugio: ubicada en plena Zona Rosa, uno de los lugares más animados de la capital, cuenta con varias décadas dedicadas a paladares de todo tipo. Podríamos recomendar sus tacos y sus diferentes formas de cocinar el pescado, pero la especialidad de esta fonda es la comida prehispánica: los escamoles, los chinicuiles y los gusanos de maguey. Una experiencia única y totalmente recomendable.
· Cantina La Ópera: sito en pleno centro de la ciudad, junto a la Alameda Central, esta cantina carga gustosamente con la leyenda de que Pancho Villa disparó un par de balazos contra su techo, reclamo más que suficiente para conocerla. Igual de conocida es su barra, un monumento al buen gusto. Cuentan con una amplia carta de comida mexicana, en la que destacan sus caracoles en salsa chipotle.
· Café La Habana: pocos locales en el mundo pueden presumir de haber albergado a tantos personajes célebres. Fidel Castro y el Che Guevara planearon en las mesas de este local la revolución cubana, y escritores universales como Roberto Bolaño o Gabriel García Márquez disfrutaron de su encanto. Lo mejor de este local: el café, de los más sabrosos de la ciudad.
·Sanborns: a pesar de ser una cadena de restaurantes, Sanborns siempre resulta una buena elección para disfrutar de auténtica comida mexicana. Aquí, nuestras recomendaciones son dos: los chilaquiles (realmente sabrosos) y los tacos de cochinita pibil, una delicia. Cabe destacar su restaurante de la calle Francisco I. Madero, en pleno centro histórico, ubicado en la famosa Casa de los Azulejos, una obra fundamental del barroco novohispano.
· Dulcinea Cocina Urbana: la reputada chef Lucy Acuña cuenta con una visión novedosa que le permite emplear ingredientes tradicionales de la gastronomía mexicana y bautizarlos con un enfoque orientado a la alta cocina. De este modo, es posible saborear una sopa de chicharrón, una arrachera al chimichurri de cilantro o un tiradito de pulpo. El interesante ambiente de sus locales, en Polanco y Santa Fe, es otro punto a favor.
· Pujol: uno de los locales de moda en el DF, que cuenta con el honor de haber ascendido al puesto 17 de los 50 mejores restaurantes del mundo, información que no puede pasarse por alto. Su alma mater es el chef Enrique Olvera. Símbolo de la cocina de vanguardia, en su menú encontramos platos como mole madre, tamales de huitlacoche o su célebre ensalada de romeritos, habas, tallo de cilantro y aderezo de piel de pollo. Una auténtica sensación para tus sentidos.
Foto | Dave Appleby
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