Ahora que viajamos en invierno, la nieve no tiene porqué ser un contratiempo; es más, hay lugares que según la meteorología se convierten en algo diferente y, más allá de los tópicos, se muestran con una belleza inusual. Así le ocurre a París.
Si en tu viaje encuentras París con nieve estarás de suerte. La ciudad de la luz y del amor te ofrecerá cinco planes perfectos para disfrutar.
Pasear por el centro
Si pasear por París es siempre un placer, con nieve es un lujo, una extravagancia única. Las calles son un manto blanco y en las aceras queda el paso de otros transeúntes que seguir. Los parisinos no se quedan en casa cuando nieva y lo que podría ser un caos en cualquier otra ciudad, en París se lleva con estilo. Puedes pasear por el centro con total tranquilidad.
En invierno, en el centro de París hay una pista de patinaje enfrente del Hotel de Ville que hace las delicias de pequeños y mayores y que se encuentra abierta hasta el mes de marzo.
Subir al Pompidou
Una de las mejores vistas de París es sin duda la que brinda la terraza superior del Centro Pompidou, el museo de arte moderno y contemporáneo de aire industrial que se encuentra en la Rue Beaubourg y que nada tiene que envidiar a la Tate Modern de Londres o al MoMA de Nueva York.
La visión de un París nevado desde las alturas es una maravilla estética: En las famosas buhardillas parisinas permanece una capa de nieve y las aristas de los edificios clásicos quedan marcadas en blanco.
Ver la Torre Eiffel
Sin duda el icono más famoso de París; sin él, París no sería París. Visitada por millones de turistas cada año, representada en miles de obras de arte, fotografiada y filmada sin agotarse, ya nadie parece verla como en la época de la Exposición Universal, 1889, un monstruo de hierro.
Ver la extensión del Champ de Mars como un mar blanco a los pies de la Torre Eiffel, cuyo contorno de hierro parece desaparecer con la nieve, es una fantasía para cualquier niño y para cualquier adulto que visite París.
Visitar el Cementerio du Père Lachaise
Uno de los cementerios más famosos del mundo, el Père Lachaise, con ilustres enterrados como Jim Morrison, Marcel Proust, Moliere, Marcel Proust o Honré de Balzac, entre otros muchos, es utilizado por los parisinos como si fuera un parque.
La atmósfera del lugar cobra un dramatismo de gran intensidad en la nieve. Con un buen abrigo, gorro y guantes, pasear por él, descubriendo las famosas tumbas, en la quietud del manto blanco, es una experiencia que nunca olvidarás.
Tomarse un café
Después de tanto pasear por las calles nevadas de París lo mejor es tomarse un buen café con leche y, desde luego, podemos decir que París es el mejor lugar donde tomarlo.
En Le Marais, el antiguo barrio de la aristocracia francesa, podemos encontrar algún recomendable café con vistas a la Place des Vosges, la más antigua de la ciudad y rodeada de antiguos palacios que hoy en día albergan galerías de arte o museos como el dedicado a Víctor Hugo.
document.currentScript.parentNode.insertBefore(s, document.currentScript);