La antigua villa de Gràcia es en sí misma un destino; todo lo que puedes encontrar en Barcelona, pero con su propia esencia. Diseño alternativo, librerías temáticas, un cine en versión muy original, muebles vintage y copas de nocturnidad y alevosía conviviendo con colmados de toda la vida y vecinos que lo son en realidad, que se conocen, que se saludan, que llevan años viviendo puerta con puerta.
¿Qué tal un paseo?
Algunas compras
En Gràcia conviven los negocios de toda la vida con los más modernos. Puedes encontrar conceptos novedosos, pop ups radicales a la búsqueda de una idea, tiendas que son galerías de arte, junto a comercios donde aún tienes que pedir turno.
La Carnicería Sarroca, donde llevan despachando carne desde 1902, el Colmado Germans Heredia, que mantiene el estilo de los antiguos ultramarinos, o la Pastisseria Montserrat, con todo un abecedario de bombones artesanales, han visto aparecer en los últimos tiempos otro tipo de tiendas como Lady loquita, donde poder comprar ropa y complementos de jóvenes diseñadores, o El lenguaje de las Flores, pequeño rincón lleno de objetos de coleccionista que sus dueños han recogido a lo largo de sus muchos viajes por el mundo, o Vinil, donde podrás perderte entre los surcos de antiguos discos, o Colorín Colorao, toda una muestra de objetos de regalo y papelería con una sala de exposiciones en la planta superior.
Tantas tiendas que, en definitiva, ningún listado quedará completo ¿Lo mejor? Pasear y dejarse llevar, seguro que encontrarás algo que te llamará la atención.
De librerías
Gràcia concentra una magnífica oferta de librerías (una buena noticia en los tiempos que corren) que no debes dejar de disfrutar. Un recorrido por algunas de ellas a buen seguro se convertirá en un paseo muy literario.
Desde la clásica Taifa Llibres, con uno de los catálogos más interesantes de libros de segunda mano, a apuestas más novedosas como La Casa de los Cuentos, el lugar ideal para cualquier cuentista que se precie; La Parada, que hace gala de su nombre justo en el Mercat de l’Abaceria y donde exponen libros de fotografía, ilustrados y libros-concepto de artistas; o, La Memoria, donde los libros no se ordenan por orden alfabético sino por conceptos y temas.
De plazas y calles
Sólo paseando podrás sentir Gràcia. La vida del barrio confluye en sus numerosas plazas, más de quince, y en algunas de sus calles peatonales más transitadas.
Plazas con aire literario como la Plaça del Diamant, que dio nombre a la novela de Mercè Rodoreda y que guarda el secreto de un refugio antiaéreo de la Guerra Civil que aún se puede visitar en grupos concertados; la Plaça del Sol, bulliciosa, juvenil y llena de bares; la Plaça Rius i Taulet, popular, sede del antiguo ayuntamiento y donde aún juegan a pelota los niños bajo la sombra del magnífico campanario que hay en el centro.
Calles donde podrás encontrar por sorpresa alguna muestra de street art, como las intervenciones sobre señales de tráfico de Clet Abraham o algún Alice en cualquier rincón. Sólo tienes que mirar bien.
No dejes de pasear por la calle Verdi, donde está el famoso cine Verdi, uno de los pocos que aún proyecta en versión original y cuida su programación con celo de cinéfilo.
Para tomar una copa o un café
Si entre tanto paseo y emoción callejera necesitas tomarte un descanso, Gràcia está lleno de lugares con especial encanto. El Cafè Camelia, ofrece un rincón tranquilo y familiar donde te puedes tomar desde un café a cenar alguna de sus hamburguesas vegetarianas; pero si necesitas algo más fuerte, sin duda tendrás que pasarte por el Bobby Gin, una coctelería especializada en Gin tonic, o como dicen muchos, el nuevo templo barcelonés del Gin tonic.
Para comer, en Gràcia puedes probar bocados de cualquier lugar del mundo; encontrarás comida griega en Dionisos, o asiática, tapas con palillos en el Momos, o mexicana en Cantina Machito o, cómo no, comida de aquí, de Cataluña, en el Caliu de Gràcia, en La Mostra, o en el Via Fora!
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