¡Extra, extra! ¡Hallado un autorretrato secreto del gran Tiziano! (léase a voces, con tono de vendedor callejero de periódicos).
La obra de arte ha aparecido en Venecia, en la ciudad de los milagros, donde todo es posible. Y cuando decimos todo, queremos decir eso precisamente: todo. Aventura, pasión, glamour, amor, diversión, tensión e intriga. Y belleza… ¡mucha belleza! La que nos espera en Venecia si la elegimos para unas inolvidables vacaciones y la que atesora esa ciudad en su interior, por cuyo centro histórico -Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO- no pueden circular ni coches ni bicicletas. Para desplazarnos por los cuatro kilómetros de longitud del Gran Canal y entre las distintas islas de ‘La Serenísima” (como también se la conoce), saltaremos a bordo de una de las pintorescas embarcaciones conocidas como vaporetto, el medio de transporte colectivo disponible. Al tomar uno desde la estación de Santa Lucía hasta la Dársena de San Marcos, el vaivén de paradas de una orilla a otra nos permitirá ir avistando muchos de los cerca de 200 nobles palacios que realzan el canalazzo de Venecia y que son uno de sus principales reclamos turísticos.
El cine ha querido trasladar a la gran pantalla toda la perfección de Venezia. Ha intentado reflejar su luz, su decadencia y su magia, cual espejito mágico. El mismo al que preguntaba la mala de La Bella Durmiente, cuya última versión cinematográfica (Maléfica, 2014) nos regala a una Angelina Jolie más perversa que nunca y sin parecido razonable a la actriz que en The Tourist (2010) luce espléndida junto a Johnny Depp. En la película, la pareja de guapos comparte escenas de abrumadora belleza por algunas de las más espectaculares calles del mundo: las venecianas. Desde la única plaza de la ciudad, la de San Marcos, al Museo de Historia Natural (uno de los palacios más famosos del Gran Canal), pasando por el mercado Rialto (en el sestiere de San Polo, barrio que concentra los más antiguos e importantes edificios de estilo véneto-bizantino de la ciudad) y el imprescindible edificio del Arsenale, muchos fueron los rincones de Venecia que disfrutaron de Jolie y Depp en vivo y en directo. El director, Florian Henckel von Donnersmarck, se había propuesto mostrar Venecia como nunca antes y, entre espectaculares (y reales) persecuciones en lancha por sus canales y fugas a la carrera por los tejados de la ciudad, lo consiguió. Sin duda.
Basta con echar un vistazo a la larga lista de películas que se han rodado en esta ciudad del noreste de Italia para tener claro lo siguiente: que los más atractivos prefieren Venecia para sus películas. Los Pájaros, 007 Desde Rusia con Amor, Indiana Jones y la última Cruzada, The Italian Job, Only you (sólo tú), 007 Casino Royale, El Paciente Inglés, El Talento de Mr. Ripley o la propia The Tourist. Será fácil dejarnos seducir por sus protagonistas en cualquiera de sus deslumbrante escenas italianas.
Una de las cintas que más se recrea en Venecia y sus lugares de interés es quizá la aventura de Harrison Ford. Desde su llegada en vaporetto a la parada «Salute», seguir en la pantalla los pasos de Indiana Jones y su colega Marcus es un modo perfecto de abrir boca a iglesias y palacios únicos, elementos imprescindibles del patrimonio y gancho de la ciudad. El primer templo aparece en la escena rodada en el embarcadero de la Fondamenta della Dogana alla Salute, vecino a la importante Iglesia de Santa María de la Salud (cuya construcción duró más de 50 años). Poco después, se asoman a la pantalla dos visitas ineludibles: el encantador barrio del Dorsoduro -con sus tascas donde los pescadores zampan cicchettis (pinchos) y tragos de vino Valpolicella- y la torre Campanile de San Marcos, al otro lado del puente de la Academia, que con sus 98,5 metros de altura se corona como el edificio más alto de la ciudad. Otra escena de la película tiene lugar en la supuesta biblioteca de Venecia, que en realidad se rodó en el exterior de la Iglesia de Barnaba, situada en la plaza del mismo nombre. Para finalizar con el intenso recorrido de Indiana Jones por Venecia, citaremos tres de los bellos palacios que aparecen en la película; cuando Indy está en la lancha, a la altura del Puente de la Academia, de fondo se pueden ver el Palacio Vernier dei Leoni (que también aparece en The Tourist, como sede del Museo de Peggy Guggenheim) y el Palacio Barbarigo, uno de los más opulentos de Venecia. Poco después, hace acto de presencia el Palacio Barbaro (Gran Canal, 85), elegido por el gran pintor Monet durante una de sus visitas. Todos estos espacios en la película son reales, no así las escenas de persecución en lanchas, que se rodaron en el Reino Unido.
Llegó el momento de decir arrivederci a Venecia de la mano de los gustos de otro héroe de acción: Bond (James Bond). Es curioso que ella sea la ciudad italiana preferida del agente, al aparecer en tres de sus películas: Desde Rusia con amor (1973), Moonraker (1979) y Casino Royale (2006). De esta última, su escena final es difícil de olvidar, con ese momento en el que Bond, en un intento por rescatar a Vesper, su chica Bond, tira abajo un palacio. El exterior sí se rodó en Venecia, en el Gran Canal frente al Mercado Rialto, mientras que el interior de la casa y la plaza que conduce a ella son creación de los Pinewood Studios.
Por cierto, ¿recordáis el gran hallazgo del autorretrato de Tiziano? Pues hasta el 15 de junio puede verse en primicia en el Museo Correr (Piazza San Marco, 52). Un motivo más para poner fecha a unas merecidas vacaciones en un destino de cine: Venecia.
Foto | gnuckx
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