No puede por menos que ser una excelente noticia para todos los aficionados a la aviación: tras algo mas de un año en el que han permanecido en tierra tras el accidente que costó la vida a Ladislao Tejedor, los aviones históricos de la Fundación Infante de Orleáns han recibido el beneplácito del Ministerio de Fomento para volver a realizar las exhibiciones aéreas los primeros domingos de cada mes. Y el primero, en pocos dáas, el próximo 6 de julio.
La Fundación Infante de Orleáns es un museo de aviones históricos en vuelo cuyo origen se remonta a 1984, cuando un grupo de profesionales de la aviación creó la Sección de aviones Históricos del Aeroclub José Luis Aresti. Para consolidar esta iniciativa se constituyó en 1989 la Fundación, con el objetivo de contemplar la más amplia colección posible de aviones que han jugado un papel prominente en el desarrollo de la aeronáutica española.
La colección de aviones cuenta en la actualidad con 40 ejemplares de 32 modelos diferentes, que representan un período muy importante de nuestra historia aeronáutica, en perfectas condiciones de vuelo.
Entre los aviones que se pueden ver en vuelo hay algunas joyas que difícilmente se pueden ver en otros sitios, y menos aún volando en un perfecto estado de conservación. Entre los modelos que podemos destacar uno de los mas populares es el T6-Texan, un entrenador de ataque diseñado en los años 30 del siglo XX y que llegó a España en los años 50 como entrenador en las bases de Matacán (Salamanca) y San Javier (Murcia). 201 de estos aparatos han sido la base de aprendizaje de varias promociones de nuestros pilotos militares. Es uno de los aviones mas espectaculares en vuelo por su sonido característico, su belleza y su capacidad acrobática.
Otra de las joyas que se pueden disfrutar es el Policarpov I-16. Este avión de diseño y construcción soviética entró en combate en el bando republicano en el año 36 durante la guerra civil Española. Apodado «rata» por los pilotos del bando franquista por su color gris y porque «parecían salir de las alcantarillas como las ratas» y «mosca» por los pilotos del bando republicano, este pequeño aeroplano (tan solo 9 metros de envergadura) cuenta con un motor de 725 HP y un diseño de alas que le hace extraordinariamente maniobrable. Es un lujo poder verlo evolucionar en nuestros cielos.
Una de las últimas adquisiciones de la fundación es el De Havilland DH.89 «Dragon Rapide», un magnífico aparato británico que fue recientemente restaurado por Iberia dándole los colores que portaba cuando volaba para la compañía en los años 40 del siglo XX.
Sería imposible citar aquí todos los aviones que los aficionados a la aviación o a la historia podemos disfrutar en el madrileño aeródromo de Cuatro Vientos, así que no podemos por menos que recomendar la visita a la exhibición el próximo día 6 de Julio.
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